Un gallego afincado en Salamanca

Gonzalo Torrente Ballester, escultura de Fernando Arrabal, ubicada en El Novelty.

[dropcap type=»1″]G[/dropcap]onzalo Torrente Ballester llegó a Salamanca en su último destino docente, catedrático de literatura del instituto de enseñanza media Torres Villarroel. Lo conocí con motivo de un homenaje que se le rindió a su llegada. Después mantuvimos una relación de amistad que se acrecentó cuando le nombramos pregonero perpetuo de la Feria Municipal del Libro, evento que se celebra desde entonces, ininterrumpidamente, todos los años en la Plaza Mayor.

Tuvimos también amistad con su mujer, Fernanda, y con el hijo de ambos, Álvaro, musicólogo, profesor de piano de nuestros hijos. Gonzalo había pertenecido a las elites literarias del régimen de Franco, pero había tenido una evolución muy temprana hacia la socialdemocracia. Torrente Ballester se dio a conocer con la serie televisiva Los gozos y las sombras que le catapultó a la fama.

Siendo gallego, se integró muy bien en Salamanca, donde una vez jubilado  vivió hasta su muerte. Desde aquí mandaba sus colaboraciones periodísticas que llamó “Desde la Torre del Aire”, artículos donde trataba los más variados temas que preocupaban entonces en España. Amable y buen conversador, llegó a ocupar un lugar de honor en el corazón de los salmantinos. Por ese motivo el Ayuntamiento le otorgó la Medalla de Oro de la ciudad. A don Gonzalo le debemos, en parte, la rehabilitación de la Casa de las Conchas.

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