Investigadores de la USAL estudian la repercusión en la sociedad del ‘Obamacare’

César Ignacio Fernández Lázaro, autor de la tesis doctoral.

 

La dificultad en el acceso a las farmacias, la falta de apoyo social y la etnia son los factores principales en el seguimiento inadecuado del tratamiento por parte del paciente asistido en estos centros, financiados por el ‘Obamacare’

 

Por norma general las investigaciones médicas que trascienden a la esfera pública se refieren al descubrimiento de un nuevo principio activo o de los mecanismos en los que se basa una enfermedad determinada. Sin embargo, es tan importante conocer el funcionamiento y la cura de una dolencia como los factores sociales del propio paciente. Así se entenderá como la cura no es sólo cuestión del medicamento, sino que también depende de las condiciones y del entorno en los que el enfermo vive su día a día.

Esta es la premisa de la que parte la tesis doctoral de César Ignacio Fernández Lázaro, realizada en el Área de Medicina Preventiva de la Facultad de Medicina de la Universidad de Salamanca bajo la dirección del profesor José Antonio Mirón Canelo.

Este doctorado analiza en los hospitales comunitarios estadounidenses la adherencia al tratamiento –es decir, el correcto cumplimiento y seguimiento de la medicación por parte del enfermo– en pacientes crónicos y pluripatológicos de grupos vulnerables, con el fin de analizar las causas y los factores que conducen al enfermo a no cumplir con las pautas establecidas.

De este modo, “los profesionales podrán vigilar y hacer un seguimiento a los usuarios con estos problemas”, como informa el autor del proyecto.

Los factores a los que alude el estudio se basan en el marco conceptual propuesto por la OMS para el estudio de la Salud, que considera dimensiones que van más allá de la propia disciplina sanitaria, como las que se analizaron en este trabajo: factores socioeconómicos; factores relacionados con el sistema o el equipo de asistencia médica; factores relacionados con la enfermedad; factores relacionados con el tratamiento y factores relacionados con el paciente.

Para ver cómo influyen dichos aspectos en el seguimiento del tratamiento primero se acotó la muestra. Fernández Lázaro partió entonces de su experiencia personal como estudiante en los Estados Unidos y puso el foco de atención en sistema sanitario de ese país y, especialmente, en los Community Health Centers (Centros Médicos Comunitarios).

Estos centros son los encargados de ofrecer atención primaria a las personas que, debido a su situación económica, no pueden acceder al sistema sanitario estadounidense mediante el pago de un seguro. Se tratan de casos en los que los sujetos perciben “unos ingresos por debajo del 400% del umbral de pobreza. Por poner un ejemplo, el equivalente del salario del 90% de los entrevistados sería de unos 300€ en nuestro país”, como destaca el investigador.

Hispanos y afroamericanos, grupos de riesgo en el abandono del tratamiento

Así el estudio, bajo el título de “Adherencia al Tratamiento Farmacológico en Personas con Patologías Crónicas en Grupos de Población Vulnerables – Medication Adherence among Vulnerable Populations with Chronic Diseases”, empleó como muestra a 150 pacientes crónicos, procedentes de dos centros comunitarios del condado de Chatham (Georgia) y compuesto mayoritariamente por personas de ascendencia hispano-latina y afroamericana.

Mediante la realización de dos entrevistas, a los 6 y a los 9 meses de haber comenzado un nuevo régimen farmacológico, se descubrió un porcentaje de incumplimiento del 81% entre los participantes en el estudio al noveno mes. Una cifra “realmente alta si se compara con el promedio, que se sitúa en torno al 50% en los países desarrollados”, explica el doctor salmantino.

Principalmente, el abandono del tratamiento se debe a un incumplimiento involuntario por olvido o por descuido, unido a factores sociales como las dificultades en el transporte (muchas veces los pacientes tenían “una o varias horas” hasta la farmacia más cercana) o la comunicación y el apoyo social recibido, la gravedad de la enfermedad del paciente, las prácticas de monitorización empleadas fuera del entorno clínico y la falta de una estrategia para recordar la toma de la medicación. Por etnia, los hispanos y los afroamericanos son los que más riesgo tienen de incumplir con el seguimiento y la continuidad de los tratamientos.

De este modo se confirman como barreras para un correcto tratamiento ya no solo el acceso a la atención médica, sino el nivel educativo o la falta de recursos, lo que según el investigador supone que en muchos de los casos los enfermos “tengan que decidir entre adquirir el tratamiento o llegar a final de semana”, como alerta Fernández Lázaro.

El perfil predictivo del paciente en riesgo 

En este sentido, el propio investigador señala la importancia de realizar un análisis trans-poblacional y replicar este estudio en un país como España, “la séptima potencia sanitaria a nivel universal, que contempla ayudas sociales, financiación en la compra de los medicamentos y un acceso fácil a la asistencia sanitaria”. Así, se podría establecer una comparativa entre la sanidad estadounidense y el Sistema Nacional de Salud español, en la que se aprecie si la adherencia al tratamiento de los grupos de población vulnerables depende “de aspectos culturales o del sistema sanitario”.

De tratarse de una cuestión sistémica, en los países con un sistema de salud universal no debería de haber una influencia tan determinante de los factores económicos y se podrían establecer una serie de observaciones, aplicables a sistemas como el estadounidense, para mejorar el acceso y la calidad de la atención sanitaria.

Por otra parte, la tesis de Fernández Lázaro ha permitido la construcción de un perfil predictivo del paciente en riesgo de incumplimiento, para ayudar a los profesionales sanitarios a identificar a dichos sujetos y proporcionarles recomendaciones, apoyo y concienciación sobre su propio estado de salud y la necesidad de medicarse.

De hecho, de forma paralela a la tesis doctoral este investigador ha diseñado una intervención clínica con el fin de paliar los factores asociados al incumplimiento del tratamiento, para mejorar de esta manera dentro de lo posible la calidad de vida de estas personas.

El ‘Obamacare’ y los Centros Médicos Comunitarios

Aunque pudiera pensarse que en un país como Estados Unidos el acceso a la sanidad universal es una cuestión generalizada, no hay que olvidar que en la actualidad son 25 millones de personas cuya salud depende de la existencia de los Centros Comunitarios, el último recurso para los que no tienen los medios necesarios para disponer de un seguro médico que les asegure la cobertura sanitaria. Una cifra realmente llamativa en un país desarrollado, puesto que supone cerca del 8% de los casi 319 millones de ciudadanos estadounidenses.

Además, los últimos estudios prospectivos vaticinan que, de cumplirse con las intenciones de la ejecutiva Trump en lo referente al “Obamacare”, en tan solo 10 años se podría llegar a los 50 millones de personas sin seguro médico, en un escenario en el que además el futuro de los Community Health Centers está en entredicho. Por este motivo, el trabajo de Fernández Lázaro es una importante llamada de atención sobre la importancia de los servicios públicos y de la asistencia sanitaria universal.

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