La espuma ha vuelto a aparecer en las aguas del río Tormes a su paso por Salamanca. El Ayuntamiento afirma que no obedecen a ningún foco contaminante.
Los vertidos están situados entre el Puente Romano y el de Sánchez Fabrés, normalmente a primera hora de la mañana y aunque ya se le ha informado al equipo de gobierno encabezado por Mañueco, siguen sin poner en marcha soluciones al problema.
La explicación del Ayuntamiento a este vertido es que su origen es proteico pero no determinan si es tóxico, el lugar del que procede, ni las causas y consecuencias que está teniendo en la flora y fauna desde el punto de vida medio ambiental.
El grupo socialista salmantino lleva denunciando desde febrero de 2016 este supuesto vertido ante la Comisión de Medio Ambiente del Consistorio salmantino y ha vuelto a reiterar su denuncia ante esta “dejación y pasividad” en la gestión del gobierno municipal.
Además, el grupo municipal socialista ha pedido los análisis que determinen de forma convincente el origen, causa y procedencia del vertido y ha añadido una solicitud de un informe sobre el estado y funcionamiento de las depuradoras que vierten al río a su paso por Salamanca y que se sigan las recomendaciones que realizó el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Agua.
La versión oficial
El Área de Calidad de las Aguas de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) y el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Agua de la Universidad de Salamanca (CIDTA), destacan a través de varios informes la ausencia de sustancias contaminantes en la superficie del agua del río Tormes.
Los análisis basados en el muestreo del agua de las espumas por parte de la CHD descartan la presencia de detergentes así como de cualquier otro contaminante con riesgo para la salud pública. A la misma conclusión llegan los resultados obtenidos por el CIDTA y Aqualia tras el análisis de mediciones de nutrientes (fosfatos, nitratos, nitritos y amonio), materia orgánica (TOC, oxidabilidad, DQO), materia en suspensión y medidas in situ de los parámetros pH, oxígeno disuelto, turbidez y conductividad, así como de tensioactivos aniónicos (detergentes).
Tanto la Confederación Hidrográfica del Duero como el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico del Agua señalan que es relativamente habitual la presencia de espumas y natas blanquecinas debido a procesos naturales por los que se origina a partir de restos de materia orgánica disueltos en el agua, los cuales, por la acción de la batida del propio agua, dan lugar a espumas que pueden acumularse o disolverse. Las espumas que se forman en el agua dependen de factores como el grado de agitación de la misma, la alcalinidad o la cantidad de sustancias orgánicas que tenga disueltas en su seno.
Además los expertos señalan que en verano, al aumentar la temperatura del agua, disminuye la solubilidad de los gases que tienden a formar conglomerados de aspecto espumoso. Por otro lado, siguiendo lo acordado en la Comisión de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Salamanca, el CIDTA está realizando exámenes del agua en este momento.
La CHD cuenta con una amplia red de Estaciones Automáticas de Alerta, situadas estratégicamente en los tramos de ríos considerados como críticos por encontrarse en zonas susceptibles de recibir vertidos o por la existencia de captaciones importantes para el abastecimiento de poblaciones. En Salamanca se encuentra junto al puente de Juan Carlos I, no habiéndose detectado incidencia alguna de carácter reseñable hasta el momento.