El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz envió este jueves a prisión provisional, comunicada y sin fianza al presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), Ángel María Villar, para su hijo Gorka y para el vicepresidente económico de la RFEF, Juan Padrón, por sus amaos en el írgano federativo para lucrarse.
La Fiscalía acusa a Villar y a su hijo de ocasionar un quebranto de 45 millones de euros a la federación, dinero que habría servido para el enriquecimiento de ambos.
Habrían desviado dinero público y privado para su beneficio y en el caso de Villar para perpeturarse en el poder, comprando voluntades en el fútbol español para garatizarse ser elegido presidente de la federación en las sucesivas elecciones.
Debido a su capacidad económica, el juez considera que existía riesgo de fuga y a decretado su ingreso en prisión.
El Consejo Superior de Deportes (CS) presentó una denuncia contra Villar al descubrir en una auditoría que el órgano federativo no había cobrado 24 millones a la empresa Samper por los derechos audiovisuales de los partidos de la selección.
Los investigadores de la UCO de la Guardia Civil consideran que Villar aprovechaba los partidos de la selección para cobrar comisiones y contratar servicios y otras actividades en beneficio del despacho de su hijo, especializado en derecho deportivo.