De mal en peor, en Supervivientes

[dropcap]L[/dropcap]a noche del jueves fue una de las más decisivas del año para los seguidores del género reality. En los estudios de Mediaset España todo estaba preparado para dar lugar a la final del formato con sede en Honduras. Aquí presento un análisis de lo que para mí fue la gala de despedida.

¿Nervios? Más bien sed de justicia.

Cuatro eran los finalistas que se enfrentarían a la decisión de la audiencia para alzarse con el cheque de 200.000€. Cuatro eran los diferentes concursos que habían realizado dichos concursantes, muy diferentes unos de otros.

La mecánica de la final hizo que tuvieran lugar tres votaciones a lo largo de la gala, lo cual hizo que las fuerzas de las hinchadas en algún caso se debilitaran. Pero aparte de todo esto, lo que los seguidores y amantes del formato pedían era justicia. Cada finalista, con sus pros y sus contras, merecía estar en la final, pero de ahí a ver los resultados finales, mucha tela hay que cortar.

Tras el primer televoto, Iván se proclamó 4º finalista y Laura se salvó. Tras el primer juego de clasificación, quedaron nuevamente dos nominados para enfrentarse a otro televoto. Laura y Alba fueron las que no consiguieron vencer en los juegos y tuvieron que enfrentarse a la audiencia (Laura por segunda vez). Finalmente, Alba venció en la segunda votación y Laura fue la 3ª finalista. Al final de la gala, y tras comentar el concurso de cada uno, Jorge Javier anunció a José Luis como vencedor de la edición.

¿Tenemos un justo ganador?

Considero que no, aunque esto no contradice mis anteriores palabras de que todos merecían encontrarse en la final del concurso. Creo que las posiciones en las que han quedado la mayoría de los finalistas no es la que le corresponde.

Iván es el único que ha encontrado su posición acertada en mi podium. Su prepotencia y continuos ataques sin sentido a sus compañeros de concurso han hecho que se quede en un puesto más que merecido.

Alba y Laura merecían quedar en primer y segundo puesto ya que sus concursos han sido los más dinámicos y que más han dado que hablar.

José Luis ha sido justo ganador para los espectadores que piensan que el formato de «Supervivientes» es un simple programa de National Geographic donde la pesca es lo más importante.

Si en un reality no hay controversia, no hay discusiones y diferencias entre los concursantes, no es un verdadero reality. Evidentemente hay que valorar la labor de José Luis respecto a las pruebas y labores en la isla, las cuales se merecen un notable bastante alto. En lo que respecta a la convivencia, el exconcursante de ‘MasterChef’ deberá ir a Septiembre.

¿El momentazo de la gala?

Sin duda las finales son programas emotivos en los que los sentimientos están a flor de piel. Pues bien, el momento que para mí fue el más emotivo de la gala fue en el que Laura se lanza a abrazar a su padre, Kiko Matamoros, al verle en el plató apoyando su concurso y renunciando a las habladurías sobre su relación con su hijo, Diego Matamoros.

Para terminar…

La tendencia de los ganadores de Supervivientes se esta llevando a niveles donde parece que no importa saber convivir con un grupo de personas. Parece que ser un ermitaño que se aísla del resto y vive su concurso sin intervenir al 100% en la convivencia se premia más que mirar por el grupo y decir las cosas a la cara. Desde hace dos ediciones, los concursantes que han resultado ganadores (Christopher y Jorge Díaz) no han sido los más merecedores del título.

Según confirmaron al despedir el programa, la productora ya se encuentra preparando la siguiente edición. ¿Qué nos deparará en «Supervivientes 2018»?