[dropcap]L[/dropcap]as elecciones a nuevo rector o rectora están próximas al igual que la celebración del VIII Centenario en 2018. Tiempos apasionantes.
Este evento debiera suponer el salto de nuestra Universidad para entrar en la lista de las mejores del mundo. No estar en ella nos supondrá, casi seguro, su desaparición y con ella el 50% de la economía de la Ciudad.
Las apuestas para estar en “primera división” están muy claras: “Internacionalización, I+D+i y sección especial deportistas de élite”, pero para ello se necesita un presupuesto extra de un mínimo de 20 millones de euros y debe ser Salamanca quien los ponga. Nadie lo hará por nosotros.
Y como parece que Salamanca se hace la “remolona”, se ha abierto el debate en la Universidad sobre si debe ser para una élite o popular. Con el mismo presupuesto y menos profesores, con menos alumnos, se “jibarizaría” aún más y ello permitiría estar entre las mejores pero…
Aquí ofrecemos datos económicos para demostrar que debiera ser popular y no para una élite: Cada tres alumnos, un piso alquilado. Cada cien alumnos una residencia o un negocio charro cerrado. Demasiada economía en juego.
Es decir, esta Ciudad con muchos menos alumnos descendería a “cuarta división” y la Universidad correría el riesgo de pasar a ser “histórica” o incluso desaparecer. Además, el “talento” brota más y mejor entre más “cabezas” y la tradición de la USAL ha sido siempre la ser una Universidad “popular”
Usted qué prefiere, una Universidad popular o elitista. ¿Hablamos?
