Iberdrola Distribución ha revisado más de 5.300 kilómetros de sus líneas eléctricas en Castilla y León durante los seis primeros meses del ejercicio para reforzar la seguridad de suministro y con el objetivo último de seguir mejorando la calidad del servicio que ofrece en la región.
La compañía ha inspeccionado líneas de muy alta, alta y media tensión de cara a garantizar su fiabilidad y funcionamiento en las mejores condiciones frente a las inclemencias meteorológicas.
De esta manera, Iberdrola ha revisado hasta julio 4.500 kilómetros de líneas aéreas, así como otros 600 kilómetros de líneas subterráneas. Además, ha analizado utilizando termografía cerca de 100 kilómetros y ha realizado labores de poda y mantenimiento de pasillos eléctricos a lo largo de 175 kilómetros.
Las revisiones de las líneas aéreas están orientadas a detectar posibles anomalías en los elementos que componen este tipo de instalaciones: aisladores, conductores, herrajes, apoyos, etcétera, dañados por rayos, arbolado, obras de construcción o edificaciones próximas, entre otras causas.
El análisis termográfico consiste en el reconocimiento de las infraestructuras eléctricas mediante cámaras termográficas transportadas en helicóptero o por un equipo de operarios a pie. Se mide así la temperatura de las instalaciones, lo que permite localizar aquellos puntos que mantienen temperaturas inadecuadamente altas -puntos calientes- para corregirlos y asegurar el suministro ante una posible punta de demanda.
Por último, Iberdrola ha realizado trabajos de limpieza de los pasillos por donde discurren las líneas, podando aquellos árboles que presentaban un mayor riesgo de contactar con los tendidos.