Con la llegada del verano y el aumento del turismo en una ciudad como Salamanca los empresarios de bares, restaurantes y comercios necesitan más empleados. En la mayoría de los casos piden un año o dos de experiencia en el sector pero hay otros casos en los que no es necesaria. “Donde yo estoy no me pedían experiencia solo haber trabajado mucho”, afirma un empleado del sector hostelero salmantino que prefiere guardar su anonimato.
En estos momentos hay muchas familias que siguen en crisis, donde en esos hogares no entra ni siquiera un sueldo y otras muchas donde el que entra esa escaso, pero se agarran a él como a un clavo ardiendo. Por este motivo aunque el empleo sea precario y los contratos solo duren tres meses con muy pocas posibilidades de renovación hay que aceptar lo que salga. “Necesitaba trabajar y hoy en día hay poco trabajo, por lo que no puedes rechazar nada”, confiesa una trabajadora de un pequeño comercio de la ciudad el Tormes.
En realidad, lo único que acaba siendo precario es el salario, porque a la hora de la verdad el trabajador se ve obligado a hacer un horario mayor del que estipula su contrato. Esta joven trabaja ocho horas de lunes a sábado por un sueldo de 855 euros con un contrato que se acaba este mes de septiembre. ¿Qué pasará cuando se acabe el contrato? ¿Cómo mantendrá a su hija? Esa es la incertidumbre.
Por otro lado, un camarero de un restaurante cuyo contrato es también de solo tres meses, trabaja 30 horas semanales por 800 euros más las propinas y cada día hace horas extras. “Hay días que casi no tengo tiempo para abrir o me tengo que quedar más horas para cerrar”, comenta. Él es consciente de que este tipo de trabajo es precario, pero fue la primera empresa que le llamó después de tres meses echando currículums. “Me hubiese gustado otro trabajo, pero no podía dejar pasar la oportunidad”, afirma el joven. ¿Por qué? Al igual que la anterior chica, hoy en día no se puede rechazar nada, es experiencia que añadirá a su currículum y un dinero que conseguirá ahorrar. Esa es la trampa.
Al principio de verano se preveía una subida de este tipo de empleo en un 12% con respecto al verano del año pasado. Las contrataciones temporales permiten reducir las estadísticas del paro, pero la realidad es que las condiciones laborales de los trabajadores son precarias.
La precariedad laboral se da cuando los ingresos no cubren las necesidades básicas y de naturaleza social. También si el empleado no está asegurado, no hay contrato o las condiciones son insalubres.
Texto: Ana Pedraza
2 comentarios en «Los trabajos de la recuperación»
Mi pareja trabaja con contrato de 8 horas, pero en realidad trabaja más de 60 horas a la semana, y se supone que eso es lo normal en hosteleria
TU LO HAS DICHO SE NECESITA Y NO SE NECESITA EXPERIENCIA, VAMOS QUE LO QUE SE NECESITA ES UN CARNET DE MANIPULADOR DEL RELOJ.