[dropcap]U[/dropcap]topía y distopía son dos términos antagónicos con algo en común, que no existen. Lo utópico es lo idealizado en positivo, esas cosas que nos gustarían que fueran, que sucedieran, por bonitas, por perfectas. La paz en el mundo, por ejemplo. Deseable, pero difícil de conseguir entre humanos. Todos tenemos sótanos lúgubres, húmedos y oscuros. Una pena.
Lo distópico es exactamente lo mismo pero en el polo opuesto. Sería pensar en Mad Max o cualquier película crepuscular en la que todo es un desastre que se construye desde la desesperanza.
En común tienen que sus capitales se ubican en un código postal equidistante al de tu domicilio. Igual de lejos y de cerca. Paradojas cervicales, depende hacia qué lado te dé la gana mirar verás la esperanza o el caos.
Teorías que básicamente sirven para teorizar. En casi ningún caso para llegar a destino. Están en los libros, y estos, lo único que garantizan es su entintado contenido. Mira que me gustan las paradojas…
Encontré, recuerdo hace unos días de una que me entusiasma, la de la tortuga y Aquiles, de Zenón. Teóricamente. El argumento de la misma consiste en que Aquiles, aquel que se cargó a Héctor en épico combate, jamás podría ganar una carrera a una tortuga si esta comenzaba con ventaja, por pequeña que fuera. Increíble, hasta que aparece la teoría.
Pongamos que la ventaja es de 100 metros para la tortuga que avanza 10 veces más despacio que el mitológico héroe. Éste tardaría solamente 10 segundos en llegar al punto en el que comenzó la tortuga, pero ella ya no estaría allí. Estaría 10 metros por delante. Aquiles tardaría un segundo en llegar al nuevo punto, si, pero la tortuga ya no estaría allí, sino un metro por delante, lugar que el hijo de Peleo y Tetis alcanzaría en una décima de segundo, pero no encontraría a la tortuga, que habría avanzado diez centímetros… Así hasta el infinito.
Es un juego claro. Evidentemente no es necesario ser Brad Pitt versión atopedepower para ganar una carrera a un quelonio, no hace falta ni tener pies, en muñones puede resultar suficiente, pero esta paradoja aguantó en pie varios siglos…
Curioso como una teoría puede impedir vencer a quien, en la práctica tiene sobrados atributos para pegar a su pecho la cinta de la línea de meta. Y de una manera creíblemente justificada, ya que está en los libros. A veces, no pocas, la teoría imposibilita la práctica.
La de ejemplos prácticos como este habrás visto… El antibiótico es muy accesible, aunque con un terrible efecto secundario, que te enganches. Puedes comenzar a dar ciertas vueltas a ciertas cosas y concluir que, por ejemplo, no es que la tortuga avance una décima parte de lo que pueda recorrer Aquiles, sino que Aquiles corre 10 veces más deprisa.
Una cosa y la otra están a la misma distancia de ti. Como la Utopía y la Distopía. Suerte de cuello.
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