Iván Ferreiro se encuentra como en ‘Casa’ en la Plaza Mayor, de la que dijo es «una de las más bonitas del mundo», para regocijo de los salmantinos.
Íntimo y cercano invitó al público a quedarse, «porque esto no es como en un festival, donde tienes 45 minutos y te echan. Aquí podemos estar todo lo que queramos y los músicos también quieren». Palabras que volvieron a entusiasmar a un público entregado a la voz derrengada del gallego.
Lleva un cuarto de siglo sobre los escenarios y a juzgar por sus palabras tiene ganas de seguir ofreciendo sus letras descarnadas y repletas de sentimientos, unas veces oníricos y otras reales, quizá por aquello de ser gallego y las meigas haberlas haylas.
Magia sí que hubo en la Plaza Mayor. Sus parroquianos ‘rezaron’ cada una de sus canciones y disfrutaron con un concierto donde los temas clásicos le hicieron un hueco a los que Ferreiro se trae desde ‘Casa‘, su último trabajo en solitario. Y con este van siete, número mágico donde los haya.
Fotos. Iván Ferreiro conquista