El actor salmantino ha aprovechado el tirón mediático y cultural de su personaje ‘Pelayo’, en la serie ‘Amar es para siempre’ para recoger en un libro toda la sabiduría popular que derrocha el genuino propietario de El Asturiano.
¿Cómo surgió la idea de escribir un libro?
J.A.S. El personaje de Pelayo está muy pegado a la tierra y tiene una gran sabiduría popular. De pequeño yo escuchaba muchos refranes y dichos a mis abuelos que están reflejados en El Quijote o La Celestina. Les propuse a los guionistas de la serie que si podía incorporar alguno de ellos, y aceptaron. Así fue surgiendo el Pelayo de hoy. En cuanto al libro, lo pensé desde el primer momento. Los he ido guardando y teníamos más de 3.500 dichos y sentencias.
Su personaje, que nació asturiano, ahora es muy salmantino…
J.A.S. Sí. Pelayo podría ser una persona como tantas que llegaron a Madrid a principios del siglo XX, todas ellas traían su forma de hablar, sus acentos y sus giros. Los guionistas me dieron carta blanca para que incorporara los de Salamanca. Y después de nueve años, Pelayo es muy salmantino.
¿Le han ayudado estos dichos salmantinos con el personaje?
J.A.S. Sí, porque nací charro. Cuando en el guión aparecen dichos o gestos de Salamanca es como si llevara un traje a medida. Si Pelayo dice por ejemplo: ‘Cuando era chiquinio’ o ‘Tente necio’, estoy muy cómodo porque forma parte de mi cultura.
¿Pelayo a abducido a José Antonio Sayagués?
J.A.S.No, pero sí que ha traspasado la cuarta pared que decimos en teatro. Cuando voy por la calle y me paran, me suelen decir: ‘Pelayo, lo llevaría a mi casa’. Pero Pelayo, sólo es un personaje, no soy yo. (Risas) También ha traspasado fronteras. Una vez me encontré con una turista japonesa que me dijo que había aprendido español viendo la serie, eso sí, me dijo que no entendía todo lo que se decía. Es muy gratificante el cariño del público.
¿Desde cuándo supo que quería ser actor?
J.A.S. Desde pequeño. A los 10 años ya recitaba poesía, pero era malísimo. (risas) Tuve la suerte de pasar las navidades con mis abuelos paternos y ellos me incitaban a que hiciera actuaciones, a que me convirtiera en otras personas como un espadachín o un zorro. Eso me gustó desde el principio. Soy actor vocacional.
El actor salmantino compartió charla con los alumnos de Las Siervas de San José.¿Cuánta importancia da Sayagués al éxito?
J.A.S. Para mí siempre ha sido importante el camino, más que el éxito, que puede llegar o no. Lo bonito es disfrutar el momento.
¿Es importante hacer teatro desde pequeños?
J.A.S. El teatro le da a los niños desinhibición, les hace ser imaginativos, creativos. Además, el teatro necesita de mucha colaboración con el resto de compañeros. Los niños se sociabilizan. Se desarrolla el verbo y la memoria. Además, crea una serie de herramientas que te van a servir a lo largo de la vida. El teatro nace porque lo necesita la sociedad para expresarse y enseñar. Una sociedad bien educada hace que un país salga adelante. El teatro es un buen camino, porque necesitamos una sociedad que pueda expresarse.