¡A quién se le ocurre hacer un desfile con tacones y vestidos ceñidos en el borde de una piscina!
A los responsables del concurso de Miss España. Así, ellas, todos las mises, tan monas y con taconazos, comenzaron a desfilar y ocurrió lo que tenía que pasar, que una de ellas, en este caso la representante de la belleza cacereña cayó a la piscina.
Repuesta del susto y la verguenza, Pilar Magro, que es como se llama la extremeña, se ajustó el vestido y se lanzó a nadar.