Hace unos días pasé por Salamanca, y no me podía creer que en plena Plaza Mayor hayan colocado un espantajo en forma de gigantesco elefante metálico, apoyado en la trompa y expeliendo gases por el ano, ante el regocijo de turistas japoneses, que seguro que lo consideraban parte integrante y permanente del estilo barroco de la plaza.
Como antiguo estudiante de la querida Salamanca, me he sentido agredido e insultado por ese vergonzoso espectáculo, esa falta de respeto a un monumento nacional, que es asombro y envidia mundiales.
¿Cómo les funcionan las neuronas a los actuales responsables municipales de Salamanca para permitir esta patochada? La Plaza Mayor es patrimonio cultural, artístico, histórico y sentimental de todos los españoles, no tienen derecho unos políticos a degradarla de esta manera, en un ejercicio de paletismo que perjudica gravemente la imagen de la ciudad.
Miquel Barceló puede exhibir sus esculturas fuera de ese recinto monumental. Respeten la Plaza Mayor, por favor. Retiren ese armatoste, no hagan más el ridículo.
Alberto Rueda
Logroño