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Berkeley iniciará la extracción de uranio en 2019

Berkeley califica de “carentes de soporte” las críticas que está recibiendo el proyecto de la mina de uranio de Retortillo y asegura que es “sostenible, transparente y respetuoso con el medio ambiente”. Han anunciado que el siguiente paso es comenzar a construir las instalaciones a finales de año y en un plazo de entre 18 y 20 meses se iniciará la extracción del mineral.

 

Francisco Bellón, director general de Operaciones de Berkeley en España, ha comparecido este jueves con el fin de comentar el estado del proyecto y avanzar los siguientes pasos de la empresa. En primer lugar, ha querido destacar que todas las críticas que recibe el proyecto son “carentes de soporte” y “distorsionan la realidad”. Ha manifestado que el proyecto minero se basa en el respeto al medio ambiente, respeto a la seguridad y la salud, compromiso con las comunidades locales y transparencia.

El director general ha insistido en que todas las cuestiones que se han puesto en duda están resueltas y avaladas con más de 100 informes y permisos de las distintas administraciones. Ha declarado, incluso, que “pondría la mano en el fuego”, ya que las autoridades han concluido que no será perjudicial ni para el medio ambiente ni para la salud.

Actualmente, Berkeley da trabajo a 70 personas, una cifra que, aseguran, podría aumentar a 450 personas si sale adelante el proyecto. “El paro va a desaparecer por completo”, ha asegurado Bellón, refiriéndose a las comunidades de Retortillo y alrededores. Pese a que muchas personas han indicado que se trataría de un trabajo precario y de duración máxima de 10 años, Bellón ha asegurado que es “un proyecto sostenible a largo plazo que ofrecerá contratación indefinida”.

En cuanto a las mociones de los distintos grupos políticos que se posicionan en contra de la mina de uranio, como la que se aprobó en la Diputaciíon y la que se debatirá en el Ayuntamiento, también considera que son “carentes de justificación”, ya que la ampliación está en un estado “embrionario” y aún se desconoce.

El secretario general ha hecho una firme defensa de la energía nuclear, argumentando que supone el 23% de la energía en España y que eliminarla supondría el aumento de la factura de luz en un 25% y mayores emisiones de CO2.

El proyecto ha sido muy criticado por incluir el almacenamiento de residuos radioactivos, pero Berkeley asegura que estos son “de muy baja intensidad”, pues al mineral que se encapsula dentro del terreno se le extrae el 90% de la radioactividad, que es el uranio que se le saca.

Otra de las críticas que ha recibido el proyecto ha sido la tala indiscriminada de encinas, a lo que ha respondido que, finalizada la actividad, se repoblarían 100 hectáreas de encinas adicionales, lo que supondría 6 veces más de árboles que antes.

La plataforma Stop Uranio, por su parte, dijo que «asistimos con perplejidad al continuo bombardeo informativo de una compañía que carece de credibilidad para cualquier inversor occidental y que debe proveerse de fondos de lugares tan opacos como el Sultanato de Omán. Lo cierto es que los procedimientos judiciales y administrativos abiertos (Audiencia Nacional, Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, Investigación de la Comisión europea por las irregularidades medioambientales detectadas) suponen una losa para las pretensiones de Berkeley de atraerse inversores fiables a su dañino proyecto».

Texto y foto: Paula Castro Morán

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