[dropcap]T[/dropcap]ranquilo y con conversación agradable. No hay prisas para Manuel Cabezas, al menos durante la charla. Desde hace unas semanas ocupa el puesto de presidente de BNI Estrategia. Este grupo lo conforman empresarios de diferentes sectores, que se complementan entre ellos. Con Manuel Cabezas hablamos del mundo empresarial, bancario y de cómo están ahora los autónomos, los valientes de las películas.
¿Cómo está el mundo empresarial?
Creo que está a la par de cómo está el mundo bancario. Cada uno en su papel. Están intentando salir de la crisis, que se está haciendo poco a poco, pero con mucho cuidado.
¿Están muy conservadores?
Sí. El 2018 va a ser muy conservador, pero al alza, al menos es lo que señalan los expertos.
Pero, si los empresarios son conservadores, se frena mucho la economía…
Sí y no. Me explico, lo que se intenta frenar es la parte más arriesgada de ese emprendedurismo o negocio, lo que ha sido un error en otros años.
Ahora, una década después de iniciada la crisis, Manuel, díganos qué había de cierto en la frase que se dijo mucho a principios de la crisis, esa que decía que vivíamos por encima de nuestras posibilidades o lo que se quería decir es que vivíamos al día.
Vivir al día es lo que se está haciendo ahora, con un ojo al ahorro, a modo particular. Antes, cuando los expertos decían puedes gastar hasta aquí, dábamos tres pasos más adelante, porque no se veía peligro en la línea que te marcaban, porque la habíamos traspasado varias veces y no había ocurrido nada. Esa línea roja ‘imaginaria’ se empezó a despreciar y eso se tradujo en inversiones en líneas de negocio nuevas que no tenían demasiado estudio, proyección, personal cualificado que se lanzaba sin miedo,… y luego eso se venía abajo y tiraba de una parte de la empresa importante. Luego venían las prisas y había que hacer dos negocios, el bueno y el malo de la empresa, esa contabilidad ‘mágica’ para salvarse.
Y los bancos…
Esa es la segunda parte. Entrabas en un banco, te abrían las puertas y te daban un crédito. Era dinero fácil sin pensar que estabas endeudándote y cuando llegó el problema, al que lo pilló no podía hacer frente a todo ello. La crisis era simple, lo que ocurrió es que las personas o no la veían o no la querían ver. Ahora se está cuidando todo. No se entra por la puerta de los bancos con aquella alegría y las entidades no dan tantos créditos.
¿Dónde encajan los nuevos proyectos, esos que son más arriesgados?
Ahora se va más poco a poco. Te encuentras al autónomo sentado en su mesa, programando lo que le viene…
Eso es un error.
Sí, porque hay que vender. Al autónomo no le viene el negocio solo.
¿Qué ventajas tienen los empresarios si unen fuerzas?
Muchas. El autónomo estaba un poco aislado, era el protagonista de una película de valientes, si salía bien podía vivir de ello y si no, pues montaba otra cosa, buscaba otro trabajo o se iba al paro. Ahora, el autónomo se ha ganado un respeto y no extraña cuando se dice la frase: ‘Este país lo tienen que levantar los autónomos’. Actualmente, la colaboración entre empresas es necesaria.
Es el presidente de BNI Estrategia. Cuéntenos en qué se pueden ayudar al empresariado salmantino.
BNI es un entorno único y va directo al espíritu de lo que es un autónomo o un empresario. No da lugar a otra cosa, ya que en cada grupo de BNI, en Salamanca hay dos, Estrategia y Liderazgo, solo puede estar representada una categoría profesional. No hay competencia dentro del grupo, solo colaboración. BNI lo que hace es crear un entorno de confianza, que es donde debe trabajar el empresario, porque se juega su puesto de trabajo, desarrollo personal y familiar. Ese es un entorno único y perfecto para el empresario que quiera hacer negocio.
BNI es una fórmula de negocio americano. ¿Está de acuerdo con lo que dicen que si no fracasas tres veces en tus negocios nunca alcanzarás el éxito?
No hay que tener miedo, porque si no estás dispuesto a tener fracasos, es que no estás dispuesto a tener éxito. Es decir, cuando vas adelante con un proyecto tienes que saber a qué te expones, pero con absoluta tranquilidad. El fracaso te enseña mucho, lo que hay que hacer es controlarlo y que no te arrastre. Los fracasos son una fórmula de llegar al éxito. En Estados Unidos el fracaso lo ven como un momento más en el camino. En mi caso personal, he tenido fracasos y ellos me han enseñado, me han completado como persona y la seguridad que puedo dar ha sido por los fracasos.
En un momento tan digital como en el que estamos, ¿qué valor añadido tiene hacer una reunión a las 6.45 horas de la mañana los viernes o martes como lo hacen ustedes en BNI?
La digitalización de las comunicaciones son una herramienta, un medio para conseguir algo, no un fin en sí mismo, porque se perderían las relaciones humanas propias, que en realidad son el presente y tiene que ser el futuro, al menos en el terreno del autónomo, empresario o emprendedor. Retomo el tema de la confianza, una máquina no te da esa confianza. La máquina te da una comodidades, pero el apretón de manos tiene que ser delante de una persona, porque el empresario se mueve mucho por intuición y esta no suele fallar en un 98% de las veces.