Llega el horario de invierno

La madrugada de este domingo, día 29 de octubre, los relojes deberán retrasarse una hora (a las 03.00 h serán las 02.00h) y ello en cumplimiento de la Directiva Comunitaria 2000/84/ CE que rige el denominado “Cambio de Hora”.

 

El “Cambio de Hora” comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación. Se aplica como directiva desde 1981 y ha sido renovada sucesivamente cada cuatro años.

Desde la aprobación de la Novena Directiva, por el Parlamento Europeo y Consejo de la Unión, en enero de 2001, este cambio se aplica con carácter indefinido. Dicha Directiva está incorporada al ordenamiento jurídico español desde 2002.

Ahorro de energía

Según estimaciones del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Entidad Pública Empresarial del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, el potencial de ahorro en iluminación en nuestro país, por el cambio de hora, podría llegar a representar un 5% del consumo eléctrico en iluminación, equivalente a unos 300 millones de euros.

Para alcanzar este potencial de ahorro, no obstante, se deberá llevar a cabo un comportamiento responsable en el hogar a la hora de prescindir de la iluminación artificial cuando no es necesaria, así como la utilización de tecnologías de ahorro en iluminación por aprovechamiento de la luz natural en edificios del terciario y en industrias. Estas tecnologías ampliamente experimentadas consisten en fotocélulas o sensores de luz que apagan o regulan la iluminación artificial en función de la luz natural aportada a la zona, a través de ventanas o lucernarios.

¿Cómo nos afecta?

El cambio horario afecta, según los expertos, a nuestro reloj biológico pudiendo provocar trastornos en el sueño, en los hábitos alimenticios e incluso en el ánimo al provocar cansancio, irritabilidad y falta de concentración. No obstante, en la mayoría de las personas sanas, estos cambios son temporales y suelen superarse en 2 o 3 días. Si bien, puede haber una respuesta a nivel individual, haciendo que unas personas lleven el ajuste del reloj mejor que otras.

El reloj biológico no es más que el cronometro interno que adapta nuestra fisiología a las diferentes fases del día, haciendo que podamos orientarnos temporalmente de forma más menos exacta. Que sintamos hambre a la hora que habitualmente comemos, o sueño cuando se acerca la hora en la que solemos ir a dormir, no es casualidad. Estas respuestas fisiológicas del ser humano a los cambios que se produce en su entorno han sido ampliamente estudiadas por numerosos científicos, no en vano, a los estadounidenses Jeffry C. Hall, Michael Rosbash Y Michael W. Young su descubrimiento sobre los “mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano” les ha proporcionado el Premio Nobel de Medicina 2017.

Consejos según Confaes.
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