Los ascensores del Complejo Hospitalario de Salamanca presentan múltiples deficiencias en su funcionamiento, especialmente los del Hospital Clínico Universitario y del Virgen Vega.
IU asegura que los ascensores “se paran, cuando han de subir, bajan primeramente, o viceversa, no funcionan directamente durante días o dejan encerrado al personal del mismo o a sus visitantes”.
Afirma que «hay elevadores que no han pasado la revisión técnica pertinente. Dichos ascensores se hallan dentro del período reconocido para poder subsanar deficiencias, aunque desde Izquierda Unida no se comprende que, en el caso de un hospital de semejantes dimensiones, no se acuda, con presteza, a subsanar los fallos de los mismos, antes de cumplirse el citado plazo».
Para Izquierda Unida, dichos fallos podrían tener su origen en la forma y cantidad con que la empresa adjudicataria del servicio de mantenimiento de los elevadores ganó el concurso del Sacyl.
Desde la formación de izquierdas señalan que el concurso presentado por el Sacyl partía de una licitación de 506.000€ más IVA, siendo la oferta vencedora, la de la Empresa Schindler SA, de 428.994,96€ más IVA, lo que supone una rebaja sobre la licitación del Sacyl de un 15,22%, “más de 93.000 euros una vez aplicado el correspondiente IVA, lo cual puede ser la causa fundamental de dichos desajustes en el servicio de mantenimiento”.
Según Francisco Javier Herrero Polo, “estas empresas, para mantener el beneficio que pretenden en el contrato, reducen las plantillas que han de prestar el servicio, generando sobrecargas de trabajo a sus empleados, las cuales les hacen ir al límite para cubrir todos los centros de trabajo que la Empresa les impone”.