Julián Sánchez, “El Charro”

El monumento de homenaje a 'El Charro' en Ciudad Rodrigo.

[dropcap type=»1″]J[/dropcap]ulián Sánchez, el Charro, fue un guerrillero salmantino que luchó contra el ejército napoleónico en la Guerra de la Independencia. En agradecimiento a su comportamiento colocamos un medallón en la Plaza Mayor y rescatamos sus restos de la ermita de Etreros, en la provincia de Segovia. Pensamos depositar sus huesos en la Torre del Clavero el 30 de mayo de 1981, pero las cosas salen a veces de forma distinta a como se piensan.

Trascurridos 150 años de su muerte, el Ayuntamiento, junto con el acuartelamiento que lleva su nombre en Salamanca, promovió un homenaje al héroe de la Guerra de la Independencia. Nacido en Muñoz el tres de junio de 1774, fue voluntario en uno de los regimientos de lanceros. Nombrado brigadier, su milicia llegó a reunir a más de mil jinetes. Sus intervenciones en la Guerra de la Independencia ocasionaron 600 muertos y 2.650 prisioneros al ejército napoleónico. Fernando VII no valoró su esfuerzo, lo mandó apresar y lo envió al destierro. Fue enterrado en Etreros con una espada entre las manos, regalo de Lord Wellington. El general inglés consiguió enrolarle en su ejército por ser uno de los mejores soldados que había conocido.

Los restos de Julián Sánchez, el Charro, fueron trasladados a Ciudad Rodrigo, donde había luchado en su defensa. El Ayuntamiento de Salamanca accedió a la petición del Consistorio mirobrigense que los reclamaba para honrarlos. Los huesos de don Julián se encontraban en la Torre del Clavero desde el 30 de mayo de 1981 y el traslado a Ciudad Rodrigo se realizó en 30 de mayo de 1985. Los informes de la Capitanía Militar y del Gobierno Militar de Salamanca fueron favorables a la entrega de sus restos mortales a Ciudad Rodrigo, Sus respuestas constan en el expediente abierto al efecto en el Ayuntamiento de Salamanca.

El furgón fúnebre salió de la Torre del Clavero rumbo al cuartel de Caballería de Salamanca escoltado por unidades móviles del Ejército de Tierra. En Ciudad Rodrigo, los restos fueron depositados junto al monumento a él dedicado. En el acto, celebrado en la plaza Mayor de Miróbriga, intervinimos los dos alcaldes y el gobernador militar de Salamanca. Como signo de agradecimiento, Ciudad Rodrigo regaló a Salamanca una réplica del bajo-relieve de granito con la figura del guerrillero montando a caballo que se encuentra cerca de la catedral de Ciudad Rodrigo. La copia del doble relieve, obra de Francisco Garduño, se colocó en la plaza de Julián Sánchez, el Charro, de Salamanca, en una de las entradas al aparcamiento subterráneo.

Habían pasado cuatro años desde que Luis Calvo Rengel rescatara para Salamanca sus restos mortales. A la llegada del furgón fúnebre a Miróbriga la comitiva local esperaba en las Tres Columnas para recibir los restos solemnemente. En los actos intervinieron los húsares del regimiento de Pavía de Aranjuez y el obispo de Ciudad Rodrigo. En su homilía, el prelado condenó la Ilustración y el Modernismo, convirtiendo su intervención en una vuelta al pasado.

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