El fiscal afirmó este martes, durante el primer juicio por el ‘caso púnica’ de corrupción, que el exconsejero de la Comunidad de Madrid, Francisco Granados, se rodeaba de agentes de las fuerzas de seguridad y funcionarios para saber si estaba siendo objeto de alguna investigación por su actividad corrupta.
El ministerio Público afirma que los soplos que recibía Granados eran constantes, como los que le proporcionaron dos guardias civiles cuando estaba siendo investigado por la Guardia Civil dentro de la operación Púnica.
El fiscal pide a Granados y a los dos agentes tres años de prisión para cada uno de ellos en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional, por revelación de secretos.
La intervención de la conversación sobre el soplo ha sido una prueba más de las «muchas las veces en que se ha puesto de manifiesto ese intento de conseguir información» por parte de Granados y era algo, según la fiscalía, que «entraba dentro de lo esperado y que confirmó el abuso de poder y la influencia que ejercía» en Valdemoro, municipio madrileño en el que fue alcalde. Las intervenciones telefónicas fueron ordenadas por el entonces juez instructor de Púnica, Eloy Velasco.