Argusino Vive es un proyecto que ha costado 18 meses sacarlo a la luz, o para ser más exactos, emerger de las aguas, ya que ha ‘rescatado’ de las aguas este pueblo que quedó anegado por la presa de Almendra
Han sido 18 meses los que ha costado llevar a cabo el proyecto de Argusino Vive. El desaparecido pueblo sayagués, ahora bajo las aguas de la presa de Almendra, ha resurgido de la mano de la asociación cultural Argusino Vive.
Argusino Vive conmemoró el 50 aniversario desde que el municipio quedó sumergido bajo las aguas. El acto festivo se celebró en Salón Cultural de Villar del Buey y consistió en la lectura de un discurso de agradecimiento a todas y cada una de los colaboradores, seguido de un vino español.
El pueblo ha vuelto a disfrutar de las carreras de los niños, ha cambiado los uniformes del colegio o los trajes de los domingos por dorsales y zapatillas de correr. Argusino ha revivido a la orilla del pueblo, en Villar del Buey, en Bermillo, en Cibanal o en Salce.
Más allá de Zamora, en Sardón de los Frailes o en la segunda residencia de muchos argusinejos: en Cascón de la Nava, Palencia.
Quién le iba a decir a Argusino que iba a tener un himno propio, que iba a ser homenajeado por una tradición tan nuestra como los Viriatos de Sayago, que iba hasta a tener un homenaje emocional plástico… de sonidos de añoranza lanzados a pleno pulmón por los suyos, donde los tamboriles, las violas y los órganos les agradecían su memoria. Narraciones que nos han hablado de la pérdida de sus campanas, drones que sobrevolaban sus restos a vista de pájaro, sónars que exploraban sus entrañas.
Foros periodísticos, coloquios literarios, documentales con horas y horas a sus pies recuperando su memoria, con los suyos como principales protagonistas. Comidas de hermandad, catas de vino, actividades deportivas, torneos futbolísticos, pescadores compitiendo en sus aguas renacidas. Carreras deportivas que dieron el pistoletazo de salida a la recreación y reivindicación de su memoria. Tantas y tantas cosas que nos han dejado un regusto dulce, y que no queremos olvidar sino prolongar en el tiempo con todos vosotros.
Porque si algo ha logrado Argusino Vive es despertar del letargo algo más que un nombre: una identidad que muchos no olvidaban, pero sí guardaban con timidez.
Si algo tiene claro la asociación cultural Argusino Vive es que, con este acto, se pone un punto y seguido. Se cierran los actos en homenaje a estos 50 años pero se abre un nuevo horizonte con metas y proyectos a trazar.