La casa de la juventud de Garrido organizó este domingo una circoferia, en la que niños y también adultos pudieron sentirse artistas de circo.
Había una carpa de colores, malabares, puntería, juegos de habilidad, “alegría, color e ilusión”, como resumió José Antonio Pedraza, del colectivo Remolino del Arte, que organiza esta actividad.
Tómbola, talleres de creatividad y una ludoteca completaban la oferta de atracciones de un circo que recibía a sus visitantes en un photocall “con estética circense”, por supuesto.