Opinión

Vicky y Salva

 

[dropcap]D[/dropcap]esde la Asociación Nacional para la Sensatez y la Amistad del Raciocinio, A.N.S.A.R, nos es grato facilitarle tres pistas necesarias para abandonar la caverna. Damos por hecho que la primera está clara tras su auxiliador “Hola, me llamo Yo y me miran raruner”. ¡Bravo! Ahora ya solo cabe mejorar.

La segunda… a ver si nos explicamos… ¿Usted cuántos padres tiene o ha tenido? Si la respuesta a esta cuestión no excede del par estaremos en un camino inmejorable. Anote esta idea ya que será clave de aquí en adelante.

Concluimos en nuestra organización que ya es toda una responsabilidad disponer de una pareja de padres. También lo es agradecer, por norma general, los tiempos pasados y futuros. En entonces porque nos limpiaron, amamantaron, vistieron y protegieron, en ahoras por esa crítica artística a nuestra ejecución y sí, por el inconsciente e impagable aviso acerca de aquello en lo que nos podemos convertir de hacer exactamente lo mismo que han hecho ellos. Nos ganan en años, algo habrán aprendido ¿o qué?

¿Clara la explicación? ¿Lo tenemos? Importante porque no ha cambiado la cuenta, un máximo de dos padres, dos madres o uno de cada. Solo son deseables más unidades en época alevín, en tiempos de propina, luego sobran. Si la Constitución hablara acerca de lo que supone tener más a partir de los 30, pobrita, todo por su culpa…

La tercera será la más costosa ya que es la que puntúa a partir de 5. Es decir, va de hacer lo que no tienes por qué hacer ¡Aleluya! ¡Allelujah! Crema fina. Para implementar nuestra metodología hay que conocer dos personajes antagónicos, la víctima y el salvador.

Si en su salir se encuentra con Vicky será fundamental que recoja el guante que a buen seguro le ofrecerá y ataque con un claro, conciso y sincero discúlpame alma errante, pero bastante es tener una madre como para que me pidas ser otra, sé que no podrás con tantas.

Por la puerta contraria, cuando se enfrente a Salva deberá introducir un pequeño matiz en el mantra, quedando como sigue: Discúlpame errante alma, pero bastante responsabilidad es tener un padre como para aceptar que seas el segundo. (Cámbiese el género según necesidad).

No desespere, conseguirá adquirir la destreza defensiva suficiente mediante la práctica. Llegará a la excelencia en cuanto sea capaz de descubrirse experimentando lo que nuestro Estatuto de Constitución, en su artículo 5, párrafo 1, describe como: Ver antes la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio.

En ese punto, Será capaz de reconocer un mundo lleno de madres y padres que ejercen de madres y padres aunque no sea con sus hijos e hijos que buscan padres y madres sin la más mínima esperanza de que coincidan los apellidos. Dispondrá entonces de la habilitación para dejar de ser hija/o más que para sus padres o padre/madre, más que para sus hijos.

Y vivirá feliz y comerá perdiz. O tofu. Lo que compre.

Más información, aquí

moveyourself-coaching.com

 

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