Tras la decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como la capital de Israel y trasladar allí su embajada, el movimiento islamista palestino Hamás ha llamado a una nueva intifada. Su jefe político, Ismail Haniye, quiere llevar a cabo un nuevo levantamiento contra Israel y ha asegurado que este hecho “no cambia el estatus religioso, legal y administrativo” de la ciudad.
“Deberíamos llamar y trabajar en el lanzamiento de una intifada frente al enemigo sionista”. Así de tajante se ha mostrado Haniye en un discurso pronunciado en la Ciudad de Gaza. La última decisión del presidente Trump ha reabierto el conflicto histórico entre Israel y Palestina y ha sido interpretada por Hamás como una “declaración de guerra contra los palestinos”.
La ONU, que se ha mostrado tremendamente preocupada por lo que pueda suceder, afirmó este miércoles que el estatus final de Jerusalén debe ser resuelto entre las dos partes implicadas y que la mejor solución posible es la vía de reconocer a los dos estados. El secretario general, António Guterres, declaró que “no hay alternativa a la solución de dos estados. No hay un plan B”. Federica Mogherini, representante de Política Exterior de la ONU, ha manifestado que “la UE expresa grave preocupación por las repercusiones que esto puede tener en las perspectivas de paz”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, también se ha pronunciado ante lo que considera una “desafortunada” decisión de Trump. “Francia no la aprueba”, ha asegurado, “contradice el derecho internacional y las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU”. Macron considera que el siguiente paso es “evitar la violencia a toda costa” y reafirmó el compromiso de Francia con la solución de los dos estados conviviendo el uno junto al otro con fronteras internacionalmente reconocidas.