Todo estaba organizado para una nueva Nochevieja Universitaria, pero a las diez de la noche la Plaza Mayor estaba semivacía y la fiesta del Multiusos, que iba a empezar a las 22.30 se retrasó hasta pasada la medianoche porque no había nadie por la zona.
Había bastante menos ambiente que otras ediciones a las mismas horas, aunque había quien decía que en el último momento se llenaría la Plaza.
Los chubascos intermitentes tampoco contribuyeron a ver las riadas de jóvenes camino de la Plaza Mayor para vivir los instantes previos a las campanadas.
Incluso los reporteros de televisión que tuvieron que entrar en directo tuvieron que falsear el ambiente, rodeándose de un grupo cerrado a sus espaldas de jóvenes, cerrando el plano para que se les viera como si fueran multitud y al fondo el escenario. Pero entre ambos había un vacío desolador.
Algunos jóvenes se quejaban porque no se les permitía beber en la Plaza y se mostraban decepcionados.