[dropcap]L[/dropcap]levo un par de noches santificando las fiestas. No es resaca, uno ya es comedido en la ingesta y en la retirada, pero ahí está ese ganado a pulso jetlag del día después. Por eso te hablaré con letras de algo ligero, nada polvoroníneo, nada turróneo. De las teorías de la relatividad y de la de las cuerdas. A Einstein ya le conoces, me refiero a Albert, no a su hermano Frank. El de cara de loco y níveos electrificados cabellos. Vamos con un ejemplo sencillo que explica sus conclusiones acerca de la relatividad:
Imagina que vas sentado en un avión que vuela a 800 kilómetros por hora cuando otro pasajero vuelve del baño a un paso normal, unos cinco kilómetros hora. Resulta que ese individuo está avanzando a 805 km/h sin que se le mueva el flequillo. Ya, pero no, porque él camina a cinco. Ya pero sí, porque va montado en un cacharro a reacción. Muy relativo todo, depende del observador. Los cien gorilas de mi cabeza me sugieren que ni se me pase por la cabeza introducir la incógnita resultante de la dirección del avión respecto del sentido de rotación de la tierra. Me parece todo un acierto.
Respecto de la luz, dice que es otra movida, que hay que dejar de hacerse ciertas preguntas, aceptar y punto porque nunca depende, siempre es constante se mueva o no la fuente emisora. A mí todo esto me parece muy sensato, muy cuerdo, creo entenderlo perfectamente.
La de cuerdas es muy compleja y redicha ella. Es como el anillo de Frodo, una teoría para gobernar a todas las fuerzas, la gravedad, el electromagnetismo y las atómicas, las débiles y las fuertes. Todo esto partiendo de la base de que el espacio se retuerce y curva continuamente por la materia y la energía mientras que el tiempo fluye a distintas velocidades según el propietario de los ojos. Uff…
Esta me abesuga, no la entiendo, pero de ahí a no atreverme a interpretarla… Las cuerdas, las personas cuerdas quiero decir, son de extrema utilidad para que todo quede dentro de un sólido y bonito marco. Todo bien colocado una vez estudiada la materia excepto una cosa, el impredecible caos, que como la luz, no acepta ciertas dudas.
Las cuerdas, las personas cuerdas quiero decir, nunca verán los colores, solo descodificarán longitudes de onda.
Las cuerdas, las personas cuerdas quiero decir, nunca podrán entender que contiene mucha más y más valiosa información lo que no se dice y lo que no se quiere decir que las palabras que se lanzan al viento.
Las cuerdas, las personas cuerdas quiero decir, nunca podrán tener la respuesta adecuada a ninguna pregunta antes de que sea formulada por mucho que lo crean, necesiten o crean necesitar.
Las cuerdas, las personas cuerdas quiero decir, nunca podrán soñar lo que no conocen. Las cuerdas, las personas cuerdas, nunca podrán entender estas palabras como una declaración de amor.
Más información, aquí