El Ministerio de Educación y las comunidades autónomas han llegado a un acuerdo para que las pruebas de las oposiciones a docente sean eliminatorias con el fin de seguir los principios de “capacidad, mérito, igualdad de oportunidades, calidad del sistema y seguridad jurídica”.
El secretario de Estado de Educación, Marcial Marín, ha anunciado el acuerdo tras la Conferencia Sectorial presidida por el ministro Íñigo Méndez de Vigo, quien, debido a la aplicación del artículo 155, ha hecho las veces de consejero catalán. Este acuerdo significa que la prueba, que consta de parte práctica y teórica, se valorará de 0 a 10 puntos y para superarla se deberá alcanzar un mínimo de 5 (sumando ambas partes)
Habrá, además, una prueba de aptitud pedagógica que puntuará del mismo modo. Se ha fijado que la ponderación de la fase de oposición sea del 60% y la del concurso del 40%. Los aspirantes podrán elegir entre tres temas en especialidades no superiores a 25 temas, cuatro temas si se trata de entre 25 y 50, y cinco temas cuando esa cifra sea superior a 50 temas.
Aumenta la valoración de la experiencia previa, que pasará a ser de 7 puntos, y la antigüedad se valorará en un máximo de 10 años. En este sentido, los opositores tendrán una puntuación de entre 0,700 y 0,350 por cada año de experiencia en centros públicos y de entre 0,150 y 0,100 en otros centros.
Marín ha insistido en la importancia de que las pruebas sean eliminatorias, ya que desciende el riesgo de impugnarlas y mejora la organización. Sin embargo, los sindicatos docentes no están de acuerdo, ya que quieren que los interinos tengan más opciones y se reduzca la alta tasa de interinidad. El real decreto que aprueba el reglamento saldrá a mediados de febrero y los temarios no cambiarán hasta 2020.