El Museo de Historia de la Automoción de Salamanca inauguró este martes la exposición: “60 años de velocidad en Salamanca. Colección de motocicletas Manolo Cachorro”. Con esta muestra, el centro museístico quiere rendir homenaje a un referente en el mundo del motociclismo salmantino.
La muestra, que cuenta con 31 motocicletas, ocupará la sala SET del museo hasta el mes de marzo del próximo año.
Asimismo, con motivo de esta exposición, y continuando con las actividades que muestran gran interés entre el público que visita el museo, por segunda vez se pondrá en circulación un sello de correos personalizado conmemorativo, a disposición de todos aquellos aficionados al mundo de la filatelia y el motociclismo.
Manuel Iglesias Pampliega nació en Salamanca, el 19 de abril de 1936, donde pasó su vida y desarrolló su trayectoria profesional, falleciendo en el año 2011. Ya, desde muy joven, sintió una profunda pasión por las motocicletas, ayudando a su padre Francisco, con tan solo nueve años, en el pequeño taller de torno y fresado que regentaban en la avenida de la Paz.
Mecánico autodidacta, profesional adelantado a su época y empresario, fue distribuidor de significativas marcas comerciales como Ducati, Ossa, Beta, Yamaha y Kawasaki, entre otras. En su taller se formaron muchos de los mecánicos que desarrollaron su actividad profesional en Salamanca. Con la marca Bultaco llegaría a ser semioficial para el campeonato de España de velocidad, participando en campeonatos nacionales y pruebas internacionales, en Madrid, Valencia y Bilbao.
Como mecánico desarrolló, en su propio taller, tecnologías innovadoras y muy avanzadas para la época, desarrollando modificaciones y trabajos muy valorados como la admisión por láminas, la admisión por válvula rotativa y refrigeración líquida.
Su motocicleta Ossa Yankee 460, creación particular y pieza única en el mundo, le proporcionó las mejores crónicas de la prensa especializada del momento. Destaca su primera obra, la Ducati 50 TT de motocross, con válvula rotativa fabricada por él mismo con los mejores desarrollos adquiridos a base de largas pruebas y ensayos.
Desde el nacimiento de las carreras de La Bañeza, en 1954, y hasta los años noventa, como piloto en la categoría de clásicas, Cachorro participó asiduamente en este singular evento motociclista. Su última carrera, en 2009, coincidiendo con el 50 Aniversario del Circuito Bañezano, culminaría su faceta como piloto, recordándolo con su ilusión intacta a pie de pista, entre las motos clásicas, haciendo retumbar su motor.
A principios de los años sesenta Manuel Iglesias Cachorro, junto a los compañeros Carlos Hernández López, José Hernández Monago y Julián Molina, formó parte de un grupo de pilotos extraordinarios que pertenecieron a la Escudería “La Charra”. Compitieron, en los años sesenta, por los circuitos españoles, entonces todavía urbanos, trazados en las distintas capitales, corriendo todos con sus Bultaco sobre pavimento de adoquín y entre balas de paja. En 1965, tras la muerte de Julián Molina, en un accidente durante una carrera en Ávila, el grupo se retiró de la competición.
Cachorro siguió compitiendo en contadas ocasiones, pero ya nunca con la asiduidad y el empeño puestos hasta 1965, compaginando su trabajo de mecánico, con su afición al coleccionismo y a la restauración de sus propias motos. Tras abandonar la competición apoyó a otros corredores noveles y preparó numerosas motocicletas que corrían superbikes, motocross, trial, enduro, scooters y pruebas de resistencia.