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«Cuando voy a La Purísima, lo normal es que no pinte en 15 días»

Andrés Alén, en su estudio.

 

Andres Alen (10 de 23)[dropcap]H[/dropcap]ospitalario, quizá sea la palabra que describe nuestro encuentro con Andrés Alén, quién nos recibe en su casa estudio, donde el arte rezuma por los cuatro costados de su hogar. El arte se respira en el aire.

Las paredes son el sostén de cuadros de compañeros y amigos, de los que habla con devoción. ¿Suyos? también los encuentras, pero casi a cuenta gotas.

En la mayoría de los casos, los periodistas nos acercamos a los artistas con un motivo, como puede ser la inauguración de una exposición, en esta ocasión, conversamos con Andrés Alén por placer. Por el placer de hablar con un creador, aunque para él, esta palabra sea muy «dura» y prefiere denominarse creativo.

«Todos sabemos que hay algunos que son muy creativos. Más en este siglo que se nos ha dado licencia para hacer casi lo que queremos o para ir en busca de nuestra personalidad. Se pueden hacer miles de cosas, bien y mal, porque no hay grandes censores. Pero, en el arte como en la música, quizá porque me estoy haciendo mayor, empiezo con cosas muy modernas y acabo refugiándome en lo clásico».

Andres Alen (13 de 23)Yéndonos a un clásico. Por curiosidad. ¿Qué tienen las Meninas que les seducen tanto?
Tengo las Meninas superadas. En mi caso, empezaron por una broma, porque dije: ‘Voy a escribir las Meninas’ y como si fuera un castigo, todas las primeras Meninas están escritas. Los fondos, las vestiduras,… las iba pintando con versos, por lo general de Aníbal o cosas mías. Me gustaba la textura que daba el escribir. Eso sí, el cuadro de Las Meninas, aún no he acabado de ver. Creo que es el cuadro más conceptual que existe en la historia de la pintura. Todavía no sabemos a quién miran las Meninas, quién es el que pinta y quién el pintado. Las Meninas las tomo como algo donde lo puedes abstraer todo, porque al final haces una cara o un redondel y todo tiene estructura de Menina. Casi es una pirámide.

¿Cuándo acaba un cuadro?
A partir de un momento, no avanzo. Sí que hay un momento en el que el cuadro está armonizado. Los cuadros acabados están muertos. Están tan terminadas que no las puedes seguir mirando. Una obra abierta siempre es más insinuante... Los grandes monstruos del arte no tienen sus obras acabadas, como Velázquez, están abiertas, les queda el remate absoluto que cierra todo. Cuando vas al Prado o aquí, en Salamanca, a la **Purísima, lo normal es no pintar en 15 días. (Risas)

Andres Alen (1 de 23)Asegura que nunca será un gran maestro, porque inicia una serie, que es como le gusta trabajar, pero cuando domina esa técnica, empieza a desinflarse y comienza a trabajar en otra historia, «que no sé cómo va a salir, con lo cual es muy difícil llegar a la maestría, porque cuando estoy a punto de alcanzarla, me aburro». (Risas)

Piensa que en el arte, la búsqueda de unas nuevas perspectivas tienen mucha fuerza, aunque no estén bien hechas. «Luego se hacen muy bien, pero han perdido la impronta de buscar algo nuevo. Me gusta iniciar un viaje que no sé donde me va a llevar. Generalmente tengo series abiertas, va a ser difícil encajonarme en un estilo. Es como un diario de la vida«.

Sarcástico no llega a ser durante la charla, pero sí muy irónico. Ahí va un ejemplo. Toma la taza del café y su dedo índice se levanta. «No es porque sea pijo. Esto lo hago mucho antes de que se pusiera de moda, lo hago porque me equilibra». (Risas)

Recurrimos a una frase que ha dicho para seguir conversando. Usted dice que la pincelada es abstracta en sí misma y que el conjunto conforma un cuadro. No nos deja terminar… «¡Cómo me empieces a citar a mí, mal vamos, porque estoy en descuerdo con casi todo lo digo!. Ahora en serio. A mi sí que me gustar ver en una pintura las trazas que la conforman, si no fuera así, sería una fotografía. Me encanta la fotografía, pero no es pintura».

Andres Alen (12 de 23)¿Cuánto se pierde un pintor si no lee o mira a otras artes?
No te sé contestar, pero te voy a decir una frase que puede sonar rara: No sé si el arte cae. Me explico: No sé si el hombre evoluciona desde el mono hacia el ángel. No sé si el arte cae del lado del mono o del ángel. Porque el arte es algunas veces tan instintivo que el primer arte que conocemos, que es el de Altamira, nadie lo ha hecho mejor. Hemos hecho otras cosas, pero ahí está completo. Algunas veces te encuentras con personas que no son eruditos y tienen una fuerza en la mirada que es válida para el arte. No creo que los pintores tengan que ser grandes escritores. Antes se decía que el que escribía bien es que no sabía pintar, pero eso son tópicos y estoy en la edad de deshacer tópicos. (Risas)

Andres Alen (8 de 23)La naturaleza lo desafía, pero «no la ha ganado ninguna vez. Te ayuda a transformarte a ti mismo. Es suficiente que te pongas delante de una puesta de sol y te inspire, porque ahora que se lleva mucho el hiperrealismo, creer que estás haciendo la naturaleza con las pinceladas, no, porque nada más que aumentes un poco, acabas en un borrón».

En el fondo no sabe porque pinta, ha iniciado a veces series y al final, con el paso de los años, ha visto soledades, estados de ánimo, pero no le gusta forzar nada. «Luego está la cuestión doméstica, a veces te fuerza a buscar algo que le pueda gustar a los demás. Últimamente, tengo la convicción de que los más técnicos, que los valoro mucho, lo que más pecan es que no dejan nada para el azar. Me gusta citar una frase de San Juan de la Cruz: ‘Si vas buscando algo nuevo, para ir a donde no se sabe, tienes que ir por donde no se sabe'».

Andres Alen (15 de 23)¿Cuánta soledad hay en un estudio?
No me quiero poner trascendente. El momento que estás trabajando es un momento de soledad, además es conveniente. Algunas veces no tiene porque ser placentera, de cualquier estado de ánimo puede producir un tipo de obra distinta y sería una bobada desperdiciarlo. Es como si un poeta solo escribiera poemas cuando se siente bien. La obra es un diario de una vida. Ya ni tan siquiera tengo que creer en el arte. Es mi oficio. Esto es como un cura viejo que si le preguntan que si cree en Dios y lleva 70 años en este oficio. Todo lo tienen interiorizado.

**La Inmaculada Concepción es la obra de Ribera que se puede ver en la Iglesia de La Purísima, situada en la Plaza de las Angustias.

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