La Strauss Festival Orchestra ofreció este lunes el tradicional Concierto de Año Nuevo en el Centro de las Artes Escénicas y de la Música, inspirado en la cita musical que cada año se celebra en Viena, con una selección de los mejores valses, polcas y marchas de Johann Strauss.
El concierto tenía el sello de la Strauss Festival Orchestra que cuenta con una amplia trayectoria recorriendo los principales auditorios europeos, entre los que destacan el Musikverein de Viena, el Het Concertgebouw de Ámsterdam, la Philarmonie de Berlín, el Musikhalle de Hamburgo, el Auditorium Parco della Musica de Roma, el Gran Teatre del Liceu y el Palau de la Música en Barcelona, el Teatro Real y el Auditorio Nacional de Música de Madrid. La orquesta estará acompañada del Strauss Festival Ballet que, con estilizadas coreografías y luminosos vestuarios, restituye el aspecto esencial de aquellas composiciones musicales concebidas para acompañar la danza.
La Strauss Festival Orchestra interpretó los títulos más conocidos del “rey del vals”, como Sangre vienesa, Voces de primavera, Vals del Emperador, Champagne o fragmentos de su brillante opereta El Murciélago. No faltó el vals más célebre de todos, ‘En el Bello Danubio azul’, ni tampoco la ‘Marcha Radetzky’.
La orquesta
Integrada por profesores y solistas de la mayor calificación musical y profesional, la Strauss Festival Orchestra ha sabido mantener vivas las expresiones artísticas típicamente vienesas, despertando el interés de las más exigentes audiencias del continente. Sin olvidar el espíritu jovial y festivo que anima la música de los Strauss, el rigor estilístico con el que esta orquesta enfoca habitualmente sus interpretaciones consigue aflorar a lo largo del espectáculo la más variada gama de recursos expresivos, desde los más nobles y sentimentales hasta los más jocosos y humorísticos.
Emparejado de igual modo, tanto a nivel musical como profesional, al talento de los miembros que componen la Strauss Festival Orchestra, el Strauss Festival Ballet Ensemble le ha conferido un cariz definitivamente original al «Gran Concierto de Año Nuevo».
El hecho de dotar al programa de un verdadero carácter escénico, a través de estilizadas coreografías y luminosos vestuarios especialmente creados para ilustrar algunos de los números musicales, logra restituir una parte esencial de aquellas composiciones que fueron concebidas precisamente para acompañar la danza.