[dropcap type=»1″]E[/dropcap]n 1984 propuse al Pleno de la Corporación como Hijo Adoptivo de la ciudad a Gonzalo Torrente Ballester. En esa misma reunión del Consistorio solicité la concesión de sendas Medallas de Oro para José Luis Martín Palacín, director general de Tráfico, y Damián Quero, director general de Acción Territorial y Urbanismo del MOPU. Palacín fue candidato a la Medalla de Oro por traer a Salamanca el Centro Superior de Educación Vial, instalado en el palacio de verano de los marqueses de Castellanos, en Tejares. Damián Quero fue el artífice de la Operación Piloto, la que hizo que el Barrio Antiguo de Salamanca renaciera de sus cenizas como el ave fénix. Fue instructor de los tres expedientes Emilio Melero.
En 1985 fueron distinguidos con la Medalla de Oro de Salamanca Fernando Galán, catedrático de Biología de la Universidad de Salamanca, Santiago Martín, El Viti, torero, Germán Sánchez Ruipérez, empresario editorial, y Enrique de Sena, director de El Adelanto. Galán fue uno de los científicos reconocido internacionalmente en los años de la Dictadura, cuando apenas unos pocos investigaban en España. El Viti ha sido una de las figuras del toreo de todos los tiempos. Germán fue el empresario editorial de éxito del siglo XX en España e Iberoamérica; puso en marcha la fundación que lleva su nombre para la difusión del libro. Enrique de Sena estaba considerado en los ambientes de la comunicación como un maestro de periodistas.
Germán dijo en el acto de entrega que “esta medalla me compromete aún más con la sociedad y con mi querida Salamanca”. Enrique de Sena, que trabajó como director en la Hoja del Lunes, La Gaceta y El Adelanto, descubría cada día en sus artículos una Salamanca de antaño y de hogaño. Confesó estar enamorado de la Salamanca del siglo XIX y prometió dedicar su tiempo a su estudio una vez le llegara la jubilación.
Galán se quejó públicamente de la marginación que sufría en la Universidad. Para él la Medalla de Oro le compensaba del mal trato recibido en el Estudio. De Santiago Martín El Viti dije que era el mejor torero que ha dado nuestra provincia, y eso que los ha dado muchos y buenos, y que llevó por todo el mundo el nombre de Salamanca. Contestó diciendo que
– Por donde quiera que he pasado, me he sentido muy orgulloso de ser de esta tierra.
El instructor de los expedientes fue Agustín Muños Cidad, que glosó los méritos sobrados de cada uno de los galardonados.
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