La mortalidad se reduce un 25 % en Castilla y León en la última década

La esperanza de vida al nacer es de 83,98 años, con un aumento de 86 días cada año a lo largo de los últimos diez años. La esperanza de vida en buena salud es de 63,3 años, tres puntos por encima de la media nacional, que se sitúa en 60,8.

 

El estudio de los indicadores de salud es de una gran utilidad para analizar la magnitud de los problemas de salud, reflejar cambios en el nivel de salud, comparar la situación entre diferentes poblaciones y evaluar el resultado de las políticas sanitarias.  En una comunidad como Castilla y León, con una población envejecida a la cual tienen que adaptarse continuamente los sistemas social y sanitario, resulta imprescindible analizar la evolución de estos indicadores para evaluar la necesidad de la puesta en marcha de distintos programas asistenciales y de salud pública y para analizar las causas de los cambios y las medidas a tomar.

El informe elaborado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad titulado ‘Indicadores de salud 2017. Evolución de los indicadores del estado de salud en España y su magnitud en el contexto de la Unión Europea’, recientemente publicado, incluye numerosos indicadores que ponen de manifiesto una evolución favorable del nivel de salud que, en general, se sitúa por encima de la media nacional.

Así, la esperanza de vida al nacer es de 83,98 años –por encima de la media española, de 82,8, y bastante superior a la UE, que se queda en un 80,6-. Las mujeres son las que alcanzan una edad más elevada, con una esperanza de vida de 86,8 años, y los hombres llegan a los 81 años.

La esperanza de vida (EV) es un buen indicador del nivel de salud de una población y también del nivel social, económico y sanitario. Solo Madrid, con 84,4 años, y Navarra, con 84, se sitúan por delante de Castilla y León. La EV de los castellanos y leoneses es 2,3 años superior a la de los andaluces, la comunidad con peor indicador. Además, desde 2005 se ha incrementado en 2,4 años: en la última década, la ganancia en esperanza de vida se ha incrementado 86 días cada año.

Otros parámetros sintetizan en un solo indicador no solo la duración, sino también la calidad de vida, cuestión muy importante en las sociedades en las que una mayor esperanza de vida se asocia a la presencia de enfermedades crónicas. Así, otros indicadores miden la calidad de vida expresada como limitación de la actividad -años de vida saludables (AVS)- o como percepción subjetiva de las personas sobre su salud -esperanza de vida en buena salud (EVBS)-. Pues bien, ambos indicadores presentan mejores datos en Castilla y León que la media nacional: 69,9 años de vida saludables –la media nacional es de 66,7- y esperanza de vida en buena salud: 63,3 años en la Comunidad frente a 60,8 en España. Los castellanos y leoneses viven más años, más años sin limitaciones o en mejor estado de salud que el resto de españoles.

Por otra parte, los datos de mortalidad son de gran utilidad para evaluar el estado de salud de la población, para la vigilancia epidemiológica y para la planificación sanitaria. El Informe ofrece datos importantes para distintas enfermedades. La tasa de mortalidad general, ajustada por edad, por cien mil habitantes, es en Castilla y León
de 422,14, un 8,6 % inferior a la media nacional, de 462,07; es la tercera comunidad con menor tasa de mortalidad general, por todas las causas. Además, en la última década la mortalidad se ha reducido en un 24,9 %, una disminución a la que ha contribuido en gran medida la mejora de la asistencia sanitaria.

La mortalidad por enfermedades del aparato circulatorio es un 12 % inferior a la de España -tanto en relación con la isquemia cardíaca como con los accidentes cerebrovasculares-. La tasa de mortalidad por tumores malignos es en Castilla y León similar a la nacional -142,6 versus 141,6-. En enfermedades crónicas -EPOC, enfermedades del hígado y del riñón-, la mortalidad es significativamente inferior y ligeramente superior en diabetes.

Morbilidad

Otro parámetro a tener en cuenta para analizar la salud de una determinada población es la morbilidad, es decir, la cantidad de personas que enferman en un determinado periodo de tiempo. Sus datos se pueden medir a través de las altas hospitalarias o mediante las enfermedades de declaración obligatoria, o bien a partir de registros de base poblacional.

Una vez más, si remitimos a las tasas ajustadas por edad, las enfermedades del aparato respiratorio y las del aparato digestivo se sitúan por encima de la media española –con 1.050 casos frente a 983 y 1.071 frente a 1.011, respectivamente- mientras que en el caso de las enfermedades del aparato circulatorio, con 788,3 casos frente a los 867,4 de media nacional y los tumores malignos, con 560,7 casos frente a 564,2, se sitúan por debajo.

También se analizan en el estudio los datos referentes a salud materno infantil, pues aunque la mortalidad infantil es un factor que ha perdido representatividad teniendo en cuenta sus cifras bajas, sigue siendo un indicador a tener en cuenta a la hora de analizar la salud de cualquier población. Así, mientras la media española es de 2,7 defunciones por cada 1.000 nacidos vivos, la cifra de Castilla y León es de 2,2.

El número de nacidos vivos de madres cuya edad era menor de 20 años fue de dos por cada 1.000 habitantes tanto en España como en Castilla y León, mientras que el número de bebés que nacieron de madres con edades de 35 años o más fue superior en Castilla y León -41,6 por cada 1.000- que en España, con 37,6 casos por cada 1.000. Asimismo, destaca también un porcentaje inferior en el número de nacidos vivos prematuros, con un porcentaje del 7,2 % frente al 7,6 % de media nacional. Las tasas de interrupciones voluntarias del embarazo también son inferiores en la Comunidad, con una tasa de 6,3 por cada 1.000 mujeres frente a las 10,4 por cada 1.000 en el ámbito nacional.

Hábitos de vida saludables

En cuanto a los hábitos de vida, las cifras de Castilla y León también son alentadoras, con un 25,4 % de población fumadora -26,3 % en España- y un 5,4 % de población gran fumadora, es decir, que fuma 20 cigarrillos o más al día –la media nacional es de 6,9 %. La población consumidora de alcohol también es inferior a la media, pues en la Comunidad el porcentaje de personas que consumen en una cantidad de riesgo para la salud es del 2,5 %, mientras que el porcentaje de población que no ha consumido alcohol en los últimos 12 meses es de un 32,9 %.

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