Hace 41 que el estudiante salmantino de Derecho Serafín Holgado y otros cuatro abogados del despacho laboralista número 55 de la calle Atocha de Madrid perdieron la vida en un atentado de la extrema derecha. Este sábado se les ha rendido el tradicional homenaje que organiza el sindicato CCOO, en el que se ha llevado una corona de flores a la tumba de Serafín Holgado y se ha depositado otro ramo bajo la placa de conmemoración que se sitúa en la calle Abogados de Atocha junto a la puerta de la sede sindical.
El homenaje ha reunido en el cementerio a diferentes autoridades entre las que se encontraban el alcalde de Salamanca y el rector de la Universidad, Ricardo Rivero, así como otros representantes políticos y sindicales.
Para Emilio Pérez, secretario general de CCOO en Salamanca, este acto tiene un enorme carácter simbólico y emotivo y un gran significado “por lo que supone para CCOO la historia viva que significa Serafín Holgado”. El líder sindical también destacó la presencia de Alejandro Ruiz, de quien dijo que “mirar sus ojos es mirar aquella escena”, ya que fue uno de los supervivientes del atentado.
“Van ya 41 años desde aquel tremendo, terrible y despreciable atentado”, manifestó Emilio Pérez, resaltando la importancia de “saber transmitir y traspasar la historia a los más jóvenes”.
Después de colocar el ramo, tanto él como Alejandro Ruiz y Pilar Holgado, hermana del fallecido, dirigieron unas palabras a los asistentes, que provenían de distintas formaciones políticas. Pilar Holgado, quien recordó que tenía 19 años cuando fueron a su casa a avisar de lo ocurrido, no pudo evitar emocionarse rememorando a su hermano.
También han querido conmemorar los 100 años del nacimiento de Marcelino Camacho, otro de los personajes que constituyen un símbolo para estas organizaciones por su colaboración en la lucha por las libertades y los derechos laborales.
Por otro lado, han celebrado que la Junta de Castilla y León haya anunciado la aprobación de un decreto para “retomar lo que el Gobierno ha abandonado”, declaró Pérez, “que es la memoria y la justicia de todos aquellos asesinados y represaliados que, a día de hoy, están en las cunetas de nuestro país”. Según las cifras, son en torno a más de 180.000 personas quienes siguen desaparecidos. Este decreto “plantea el reabrir las tumbas para cerrar definitivamente las heridas”, como ha manifestado.