Opinión

El nuevo libro de Ramón Tamames

[dropcap]E[/dropcap]l próximo miércoles 31 de enero, a las 19.00 hs., auspiciada por la Fundación Bamberg, que preside Ignacio Para, se celebrará, en el Ateneo Literario y Científico (Calle del Prado 21 de Madrid), la presentación de mi nuevo libro: “El último siglo económico. Capitalismo, el gato de siete vidas”, editado por Erasmus, una joven editorial de Barcelona, que dirige Arash Arjomandi.

Serán insignes presentadores de la obra Luis de Guindos, Ministro de Economía, Industria y Competitividad, y Javier Gomá, filósofo y Secretario General de la Fundación Juan March.

En lo que sigue, y a modo de primicia, se da un avance de las palabras que en ese acto tengo previsto pronunciar, aparte de que ya un anterior artículo que publiqué en La Crónica llevaba como acompañamiento una síntesis del libro, mucho menos elaborada, que la que presentamos hoy, que incluye algunas previsiones de futuro, si los ajustes sucesivos en el sistema económico prevaleciente evolucionan en la línea que nos atrevemos a plantear.

En la primera parte de la obra, se ve cómo en contra de las tesis de Marx, la revolución en Rusia se produjo a pesar de su menor desarrollo económico y del carácter fundamentalmente rural de su economía. Pero, al tiempo, era el eslabón más débil de la cadena del capitalismo, y el que de forma más inmediata podría romperse. Por un partido de revolucionarios profesionales, los bolcheviques, que aplicaran técnicas de golpe de estado, controlando, con auténticos comandos, todos los centros neurálgicos de la sociedad económica y política rusa, lo que fue seguido del terror rojo y la guerra civil.

Fue Lenin (Vladimir Ilich Ulianov) quien diseñó todo el proceso, empezando con su libro, de 1902, ¿Qué hacer?, en el que esbozó el escenario ruso para una posible revolución, que finalmente llegó en octubre de 1917, con un gobierno de Comisarios del Pueblo, en la senda al comunismo. Que nunca se logró alcanzar: la pretendida dictadura del proletariado fue sustituida por la del Partido. Sin que se cumpliera la promesa de “cada uno según sus capacidades, y a cada uno según sus necesidades”, para ir, en cambio, a un sistema explotador de los obreros, de confiscación de las plusvalías por el propio Estado. Con un cierto retorno al capitalismo, la NEP de Lenin (1920), que fue barrida después por la colectivización y los planes quinquenales de Stalin (el primero en 1928). Con toda una serie de conflictos que llevaron a los procesos de Moscú, para eliminar a todos los rivales de la vieja guardia (Zinoviev, Kamenev, Bujarin, etc.)

Visto en retrospectiva, la revolución rusa bolchevique despertó la atracción masiva en todo el mundo de obreros y campesinos. Que vieron en ella la idea mítica de un paraíso del proletariado. Idea que se reforzó en 1941/45, por la resistencia soviética a la invasión nazi de la URSS, y la definitiva derrota de la Alemania de Hitler por el poder soviético de Stalin.

Después de haber alcanzado “el socialismo realmente existente”, su máxima difusión en 1975 (URSS, Europa Oriental, China, Vietnam, Cuba, con amplias expectativas en otros espacios de América y África), el sistema de planificación central entró en un claro proceso de deterioro. Por los importantes gastos militares soviéticos de la GuerraFría, el burocratismo creciente de una economía sin mercado, la corrupción dentro de los partidos comunistas con su pesada nomenklatura, y la fracasada intervención rusa en Afganistán, a lo que se unió la ineficiencia de la gerontocracia.

Gorbachov llegó demasiado tarde (1985), con su Perestroika: el resurgir era imposible, en contra de lo que sucedió en China tras la muerte de Mao, cuando Deng Xiaoping proclamó las cuatro Modernizaciones (1978), con un retorno al capitalismo y al mercado, al modo de la NEP de Lenin. Lo que en la República Popular tuvo un éxito económico espectacular, hasta convertirla en la fábrica del mundo, y única superpotencia comparable a EE.UU.

En la segunda parte del libro, el Prof. Tamames se refiere a la pervivencia del capitalismo como un gato de más de siete vidas, que se autorreforma una y otra vez. Esa es la tesis central de la obra, que constituye una síntesis de la evolución del sistema económico que hoy prevalece en todo el mundo. Con el intento de demostrar que el capitalismo manchesteriano quedó atrás, de modo que en los países más avanzados se ha visto sustituido por un nuevo modelo de desarrollo, con economía mixta, estado de bienestar y sostenibilidad.

En la carrera capitalismo/comunismo, frente al ideal comunista de la revolución rusa de 1917, el régimen de mercado resistió la Gran Depresión de 1929/1933, con la réplica del New Deal de Roosevelt y los planteamientos keynesianos. Posteriormente, tras la Segunda Guerra Mundial y la victoria de la Unión Soviética de Stalin sobre Hitler, parecía que todo sería una marcha arrolladora al socialismo en el planeta. Pero lejos de ello hubo una nueva réplica capitalista. Configurada, no sólo por el gran impacto del Plan Marshall y la subsiguiente integración europea, sino también por los mercados cada vez más eficientes, los avances tecnológicos –solo superados transitoriamente por la URSS con el Sputnik—, y el triunfo de las empresas multinacionales en un proceso de globalización, del que quedaron ausentes los obsoletos regímenes pretendidamente comunistas.

La caída del Muro de Berlín (1989) y la disgregación de la URSS (1991) serían la secuencia final de una carrera en la que triunfó el capitalismo originario de Adam Smith (en la portada del libro), el de La riqueza de las Naciones (1776), con una serie de grandes cambios que sintetizamos seguidamente:

  • Sociedad de Economía Mixta. El Prof. Samuelson (Premio Nobel de Economía de 1970), se refirió a ella como una tendencia históricamente de base keynesiana, que propició un gran aumento del gasto público, hasta representar el 50 o más por 100 del PIB. Lo que permitió una presencia del Estado determinante para toda la política económica. De manera que las huelgas generales de hoy, ya no son del proletariado contra burguesía, sino generalmente como crítica a los gobiernos que son reguladores de todo el proceso económico.
  • Estado de Bienestar. Con la generalización de la Seguridad Social (iniciada en 1885 por el Canciller Bismarck y consagrada en el siglo XX por Beveridge), incluyendo no sólo las pensiones; también la sanidad pública, la educación gratuita, la ayuda a las situaciones de dependencia, los planes de vivienda y otras infraestructuras, etc.
  • Encaje de la economía con la sostenibilidad, para frenar el grave deterioro de la naturaleza. Alcanzando ese proceso su punto máximo en el Acuerdo de París de 2015, en el intento de frenar el calentamiento global y evitar el cambio climático, que pronostica situaciones dramáticas para la salud del planeta Tierra.
  • Incorporación a las empresas de los avances de la tecnología. Incluyendo la economía digital, la inteligencia artificial y, en definitiva, todo el talento disponible para desarrollos inimaginables hace pocos años. Con una diversificación a las más distintas esferas de la creatividad de las empresas superexponenciales, lo que se refleja en la constelación GAFA (Google, Apple, Facebook, Amazon), sin olvidar Microsoft y otras muchas.

Todo ese capitalismo es el que hoy prevalece en los países más avanzados, sin perjuicio de que en los menos desarrollados persistan formas de explotación antiguas, grandes bolsas de pobreza con niveles de vida muy elementales. En todo caso, el Nuevo Modelo de Desarrollose confirma actualmente en el Consenso de Washington: un decálogo económico que traduce el pretendido pensamiento único, que para muchos prevalece ya.

La nueva situación que se ha descrito, no excluye el hecho de que la humanidad tiene al presente una serie de grandes retos globales a los que no se ha dado aún respuesta suficiente: la erradicación de la pobreza, a pesar de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas; la amenaza de la desglobalización por el proteccionismo a lo Trump; el señalado deterioro del planeta Tierra, no obstante el Acuerdo de París de 2015 sobre el cambio climático; y el peligro de una guerra nuclear que denuncia el Papa Francisco como la mayor amenaza que pesa sobre todos nosotros.

En realidad, es el Nuevo Modelo de Desarrollo el que permite un cierto optimismo, para sustituir cualquier pretensión hegemónica en el mundo futuro (un segundo siglo americano, o la omnipresencia de China), por un nuevo orden multipolar. En el que haya un acuerdo definitivo entre EE.UU., China, la UE, Rusia, Japón y otras áreas (Iberoamérica, África, Asia Meridional y del Sudeste, Pacífico Sur), para recuperar en el siglo XXI la idea de Inmanuel Kant de la paz perpetua y una cierta armonía universal; frente al viejo espíritu de la guerra y del conflicto permanente.

En definitiva, en el libro “El último siglo económico. El capitalismo, un gato de siete vidas”, el Prof. Ramón Tamames hace una revisión de las tendencias mundiales y de la respuesta a dar frente a sus grandes retos.

NOTA: El libro puede ser adquirido en todas las buenas librerías y en Amazon, o en la Editorial Erasmus (www.erasmusediciones.com). PVP: 18,20 euros. El autor dedicará todos los libros que se le soliciten.

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