El consejero de Educación de la Junta de Castilla y León, Fernando Rey, ha visitado la Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca este miércoles en la marco de las fiestas del Codex 2018. El decano de la Facultad invitó a Rey a participar en una charla sobre los límites de la libertad de expresión en relación con los delitos de odio.
“Cuanto menos, mejor”, manifestó Fernando Rey sobre la limitación a la libertad de expresión. “En España estamos utilizando el discurso de odio como límite de la libertad de expresión, a veces de un modo indebido”, señaló el consejero de Eduación. En su opinión, “no debiéramos hacerlo para limitar las ideologías que nos molestan, por ejemplo las nacionalistas radicales”.
“Mi punto de vista es liberal”, afirmó, “me gusta que haya libertad de expresión lo máximo que pueda”. El discurso del odio, o “hate speech”, tiene que ver con la discriminación de ciertos grupos, tales como colectivos LGTB o raciales, y, según el consejero, “debemos limitar esa expresión a ese tipo de casos y no extenderlo para reprimir ideologías molestas”.
“Debemos defender la libertad porque ya la verdad se defiende por sí misma”, declaró Rey, “en una sociedad democrática tenemos que escuchar cosas que a veces no gustan a la sensibilidad media. […] En general, corren tiempos en los que la libertad se ve comprimida por la idea de seguridad”.
Por otra parte, Fernando Rey ha admitido que hay que seguir progresando en igualdad de género. “Todavía hay algunos espacios bastante resistentes al cambio”, afirmó, “podemos verlo, por ejemplo, en el hecho de que las ingenierías, las ciencias, las matemáticas… todavía las ocupan excesivamente varones. En ramas de la FP ligadas a roles masculinos hay pocas mujeres y al revés”. “Tenemos que ir cambiando la mentalidad”, declaró.
Por último, en materia de violencia en las aulas, declaró que “nuestro sistema es muy saludable. Hay un clima de convivencia en las aulas normalmente muy bueno”. Según él, el número de casos no es muy elevado, pero que hay que atajar el problema y “enfrentarnos a esa verdad incómoda”.