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La historia de la venganza de Tristán se hace viral

Un jubilado salmantino presentó 300 denuncias por cerramientos de terrazas ilegales en Salamanca por multarle a él
Varias terrazas cerradas en un edificio de la avenida de Villamayor.

La guerra por el cerramiento de las terrazas de Salamanca ya es conocida en toda España gracias a la difusión de la curiosa historia de la venganza de Tristán, un jubilado salmantino al que el Ayuntamiento impuso una multa de más de 18.000 euros después de que uno de sus vecinos le denunciara por cerrar su terraza. Tras prometer que habría consecuencias, presentó 300 denuncias al Consistorio que afectan a 800 salmantinos.

 

La historia se remonta al año 2014, cuando Tristán, vecino de Pizarrales, tomó la decisión de cerrar su patio y así se lo comunicó a su comunidad de vecinos. Nadie se opuso. Su vivienda consta de 83 metros cuadrados, de los cuales 40 pertenecen a su terraza. Finalmente, se decantó por techar 18 metros cuadrados. “Me cagaban los pájaros y quería tener más espacio para mis nietos”, dijo al diario El País.

Dispuesto a ello, contrató a un amigo suyo para hacer la obra, que le costó 5.800 euros. Tiempo después, en el año 2017, le llegó una denuncia de su vecino de arriba. Tristán se quejó argumentando que “ni vive aquí, ni cristo que lo fundó. Me denunció porque temía que le treparan y sufrir algún robo”. La gracia le costaría una sanción de 18.200 euros por considerar ilegal su cerramiento. La Ley indica que se pueden hacer obras en los balcones y patios de los inmuebles si esto no figura en la escritura.

Tristán es un pensionista que cobra 1.200 euros al mes. No es una mala pensión, teniendo en cuenta la situación actual, pero no lo suficientemente elevada como para poder hacer frente a una multa tan cuantiosa. Asustado por este hecho, decidió dar un paso atrás y deshacer su obra. Su cerrajero le cobró 1.000 euros por ello y le guardó los materiales por si quisiera volver a usarlos en el futuro, relató a El País.

Sin embargo, como era de esperar, eso no remedió el problema. Tristán, que se hallaba en el Ayuntamiento en el momento en que se lo comunicaron, juró venganza. “No os preocupéis, que ya vendré”, les dijo. Empleando su tiempo libre, se dedicó a patear las calles de la ciudad en busca de cerramientos ilegales. Cumpliendo su promesa, volvió a presentarse en el Consistorio con 300 denuncias en la mano.

Esta actuación del pensionista ha afectado en torno a 800 vecinos de la capital, quienes se dieron cita en el Ayuntamiento. “No conozco al hombre este, pero ha hecho un trabajo exquisito. Para hacerle un monumento, vamos”, dice a El País Emilio Collado, uno de los habitantes de la ciudad a los que le ha caído una denuncia de Tristán.

Ahora, todos los vecinos que han sido denunciados se encuentran buscando facturas que certifiquen que la obra es anterior al año 2014, pues, en ese caso, sus “delitos” habrán quedado prescritos según la Ley de Castilla y León. Para aquellos que hicieron el cerramiento posteriormente, se fijó un plazo de cuatro años en sanciones leves, de ocho para las graves y de diez para las más graves. Estas sanciones oscilan entre los 1.000 y el millón de euros. Mientras tanto, Tristán ha empezado a ahorrar, pues desconoce si ganará el recurso interpuesto.

 

5 comentarios en «La historia de la venganza de Tristán se hace viral»

  1. Me da mucha pena que haya personas así. ¡Y seguro que duerme tan tranquilo, después de haber fastidiado a tanta gente!

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  2. No me parece justo lo que ha hecho el Sr Tristán con respecto a buscar venganza. Que tienen que ver el resto de vecinos con lo que ha hecho su vecino de arriba? Que se vengue de èl pero del resto de la gente

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  3. Creo que él ha sido «justo». Porque si la ley se aplica, que se aplique para todos y no sólo para uno.
    Que es una acción «despechada»? Puede ser.
    Pero cuando él consultó con toda la comunidad y TENÍA PERMISO unánime, por qué tiene que venir «un listillo» (léase joputas) y denunciar sin antes ni siquiera avisarle!!!!
    El hombre jubilado, hizo lo que el sistema es INCAPAZ de hacer. Hacer cumplir la ley caiga quien caiga.

    Que es una putada para algunos? Pues sí!
    Pero la «justicia» debería actuar de manera transparente.

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