La borrasca ‘Félix’ se propuso arruinar la XXIII marcha senderista de Las Arribes que desde hace más de dos décadas organiza el Ayuntamiento de Vilvestre, pero no consiguió su propósito.
La afluencia bajó hasta la cuarta parte de lo que suele ser habitual en la primera ruta senderista de la temporada en una de las zonas más privilegiadas de la provincia.
Los avisos de la Aemet y la lluvia que cayó a primera hora de la mañana no pudieron desanimar a 250 senderistas que desafiaron las previsiones y acertaron. Porque a las once escampó y la tregua permitió emprender el recorrido.
La marcha partió del Rollo de Justicia recorriendo el pueblo tomando rumbo hacia la Garbancera, desde donde se podrán observar a la derecha las buitreras de la Gargantina.
En San Gregorio, lugar donde aún se conserva algún vestigio de la ermita que da nombre al lugar, los senderistas tomaron camino hacia las Rosas y desde allí llegarán al camino de Valdobarco que marca el límite entre los términos de Vilvestre y Saucelle. En este punto hicieron un pequeño descanso para reponer fuerzas con las suculentas naranjas del lugar.
Con las energías renovadas guiaron sus pasos hacia La Ventosa, desde donde comenzó un suave descenso por serpenteantes veredas, disfrutando de las espectaculares vistas, hasta recabar en la orilla del río.
En el final del trayecto las tranquilas aguas del Duero fueron las compañeras hasta La Barca, un precioso lugar donde descansar del camino y disfrutar una excelente comida campestre.