Ana Julia Quezada confiesa el crimen de Gabriel

Le golpeó con un hacha y luego lo axifixió
Ana Julia, custodiada por la Guardia Civil.

Ana Julia Queza ha confesado este martes el asesinato del pequeño Gabriel Cruz, asestándole primero un golpe con la parte roma de un hacha para luego asfixiarlo tapándole la boca y la nariz con la mano.

 

La detenida por el secuestro y asesinato del niño dijo que antes de su ataque había discutido con el pequeño.

Tras dos días sin colaborar con la Guardia Civil, la detenida ha confesado al fin su crimen en presencia de su abogada de oficio. Además, se ha ofrecido a decir dónde arrojó la ropa que llevaba el niño el día de su muerte, presumiblemente en un vertedero cercano a las Hortichuelas.

Ahora solo queda saber cuál fue el móvil de secuestro y posterior asesinato del niño, aunque todo parece indicar que fue debido a la mala relación que mantenía con él, por considerar que el pequeño era un fuerte nexo de unión entre sus padres, y ella sentía celos.

La desaparición de Gabriel Cruz ha sido un suceso que ha marcado a la población española y que ha hecho que miles de personas de todo el país se volcaran en apoyar a la familia del pequeño. Sus padres, Patricia Ramírez y Ángel Cruz, solo han tenido palabras de cariño y agradecimiento ante todas las personas que les han arropado y que han llorado su pérdida junto a ellos.

El mensaje de la madre del niño, cuyo cuerpo fue hallado el pasado fin de semana en el maletero del coche de la pareja de su padre, ha sorprendido gracias a su ejemplo de humanidad y de fortaleza. «Gracias a todos. De todo corazón”, manifestó, “ayer me llegó por internet un cuento muy bonito. No sé quién lo ha escrito, pero me decía que nosotros no habíamos perdido, sino que mi hijo había ganado porque había desaparecido la bruja mala del cuento y por la cantidad de gente que había juntado. Él estará ya jugando con sus peces y la bruja ya no existe. Sacadla de vuestras cabezas”.

No solo pidió respeto e intimidad durante su estancia en el cementerio, sino que insistió en que la gente aparcase su odio hacia la presunta asesina de su hijo y que intentasen transformar su rabia en algo positivo. Patricia Ramírez pidió también que se pusiera la canción ‘Girasoles’ de la cantautora Rozalén, ya que fue la última pieza que cantó junto a su hijo.

El obispo de Almería, Adolfo González, fue el encargado de dar la misa del funeral de Gabriel Cruz. González aseguró que su fallecimiento es un «reflejo de la mente y corazón enfermos” de algunas personas y condenó cualquier tipo de violencia infantil. Así mismo, declaró que el pequeño, un niño “sonriente y bonito”, fue capaz de cautivar a todos. Ahora, «acompañará a sus padres y abuelos desde el cielo”.

 

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