Después de los altercados de la noche pasada el mismo ambiente crispado se ha vuelto a revivir este viernes en el barrio de Lavapiés durante la concentración de varias horas como muestra de protesta. La muerte del mantero senegalés Mmame Mbage, provocó indignación y enfado entre sus compatriotas, que señalan como causa de la muerte del fallecido a la persecución policial a la que se vio sometido Mbage.
Desde el Ayuntamiento de Madrid, el concejal de seguridad, Javier Barbero, aclaró que hubo una intervención en la Puerta del Sol, pero que en ningún momento fue contra el fallecido en particular, algo en lo que coinciden con la Policía Municipal, si bien contrario a lo que aseguran los compatriotas de Mmame y los vecinos del barrio que afirman en que si se le persiguió.
Los intentos de enfrentamientos, entre alrededor de 150 inmigrantes y los agentes de policía, han tenido lugar durante toda la mañana detonando la protesta en una situación convulsa, en la que los manifestantes arrojaron sillas y adoquines, a lo que la policía respondió lanzando pelotas de goma.
El Ayuntamiento de Madrid ha abierto una investigación para averiguar qué ocurrió exactamente este jueves por la tarde. La policía sospecha que los destrozos resultantes de la noche del jueves no se deben solo a las protestas por la muerte de Mame, podrían haber sido provocados por unos ultras radicales. Marquesinas destrozadas, sucursales bancarias, o contenedores quemados, es la situación actual del barrio madrileño de Lavapiés, una situación que deja veinte personas atendidas por los servicios emergencia del Samur, dieciséis de antidisturbios y cuatro ciudadanos, todos con un estado de emergencia leve, y a seis españoles detenidos.
Una vez recuperada la imagen de normalidad del barrio, gracias a los servicios de limpieza, compatriotas de Mmame se reunieron en la plaza de Nelson Mandela, queriendo reivindicar que su muerte fue causada por la persecución policial y no por un fallo cardíaco. La policía Municipal de Madrid insiste en que la operación contra el top manta ya se había desarrollado anteriormente en Sol y que Mbage no huía de una persecución policial cuando sufrió el paro cardíaco.
Por su parte, la comunidad de senegaleses se han desmarcado de los disturbios y saqueos ocurridos en la noche de ayer, lo que cuadra con la afirmación de Germán López, director general de la policía, que planteó la posibilidad de que algunos radicales vieron en la protesta la oportunidad para causar destrozos, pero esta mañana el enojo de los senegaleses ha aumentado y así lo ha reflejado acciones como perseguir a un coche de la policía mientras gritaban “asesinos”, y después han increpado al embajador de Senegal, Mouctar Belal, que tuvo que buscar protección en el bar Baobab que echó el cierre.
