El viernes santo es el día en el que según la tradición católica Jesucristo murió en la cruz.
Y la Semana Santa salmantina escenifica ese momento con la procesión de la Hermandad dominicana del santísimo Cristo de la Buena Muerte, nuestro padre Jesús de la Pasión, nuestra señora de los Dolores y la de la Esperanza.
Cuatro pasos que recuerdan el camino hacia el monte de los Olivos con la cruz a cuestas, la crucifixión, el momento en que la Virgen recoge su cuerpo inerte y su esperanza en la inminente resurrección, según cuenta la mitología católica.
La procesión salió a las cinco de la madrugada desde la iglesia del Convento de San Esteban (PP. Dominicos), siguió por la Plaza del Concilio de Trento, San Pablo, Palominos, Rúa Mayor, y Plaza de Anaya para entrar en la Catedral Nueva por la puerta de Ramos.
Salió por la puerta del Obispo y continuó por Calderón de la Barca, Libreros, Plaza de San Isidro, Compañía, Meléndez, Plaza del Corrillo, Plaza Mayor, Plaza del Poeta Iglesias, San Pablo, Juan de la Fuente, Rosario y Atrio de San Esteban, Continúa Nuestra Sra. de los Dolores por Tostado, Plaza de Anaya y S.I.B. Catedral.
Los pasos procesionados han sido los de Nuestro Padre Jesús de la Pasión (Damián Villar, 1945), Santísimo Cristo de la Buena Muerte (Anónimo, S. XVII), Nuestra Señora de los Dolores (Piedad), (Luis Salvador Carmona, 1760) y Nuestra Señora de la Esperanza (Damián Villar, 1952).