[dropcap]I[/dropcap]nformaba este periódico hace unos días que la reducción del caudal del Tormes a su paso por Salamanca, debida primero a la búsqueda de un joven desaparecido y después a la rotura de la pesquera ubicada en las proximidades del embarcadero, dejó sin su característica y favorecedora foto de postal a la ciudad desde el puente Enrique Estevan, con las catedrales al fondo.
Cierto, después de las recientes crecidas del río, con una caudal desbordante que corría de orilla a orilla de su cauce, contemplar el Tormes tal como ha quedado produce una cierta desazón y hasta me consta que ha causado una seria decepción en quienes con motivo de la Semana Santa han visitado la ciudad estos días atrás, caracterizados por una mayor afluencia de viajeros.
Pero no es lo malo que las aguas del río no contribuyan a brindarnos esa imagen de postal por la que Salamanca es reconocida y admirada turísticamente, sino que el sacro Tormes que cantara Garcilaso de la Vega muestre ahora que está desasistido de caudal un auténtico basural del que el alcalde Mañueco y su equipo de gobierno no han debido ni enterarse, ya que no lo han hecho en los años que llevan al frente de la administración municipal.
Produce auténtico asco, da verdadera grima y debería enojar en sumo grado a todos los ciudadanos contribuyentes y votantes de esta capital observar lo que la idílica postal del río con agua esconde sin ella a su paso por una de las ciudades que es Patrimonio de la Humanidad. Quien firma estas líneas ha sentido auténtico bochorno al enseñar Salamanca a unos visitantes estos días y contemplar el fondo de un río convertido en un auténtico e inmundo vertedero.
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1 comentario en «El Tormes como vertedero»
Salamanca es una de las capitales de la comunidad que peor aspecto ofrece del río que la cruza.