El rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Javier Ramos, dejó este viernes sin coartada a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, poco después de que el director del máster, Enrique Álvarez Conde, dijera que había sido el rectore quien le dijo que «arreglara» en tres horas el asunto «reconstruyendo un acta» que apareció firmado por una profesora que no había evaluado el trabajo fin de máster de Cifuentes y que denunció que habían falsificado su firma.
Poco después de que Álvarez Conde dijera en Onda cero que el acta que mostró Cifuentes el primer día que se publicaron los hechos, era «una reconstrucción del acta oficial», pero horas después, este catedrático manifestó a El Confidencial que » Querría rectificar la expresión que he dicho en un medio de comunicación. Reconozco mi culpa. No es reconstrucción de ningún acta. Sino que es bajo la presión del rector la elaboración de un documento para el propio rector. Es un documento interno, no un acto oficial y la versión definitiva del acta tiene que estar en los servicios centrales de la universidad».
Poco después compareció el rector para leer su versión sin aceptar preguntas de la prensa, y dijo que «no consta el acta de evaluación en el servicio de posgrado, pese a que su archivo es obligatorio. Tampoco ha sido remitida la memoria del Trabajo Fin de Máster. Ni se puede confirmar que la defensa del trabajo tuviera lugar».
Otra piedra sobre el tejado de Cifuentes, que este viernes participó en la convención nacional del PP para mantener su inocencia. Ha dicho que es la universidad la que tiene que «aclarar» las dudas que rodean su caso y que no piensa dimitir. «Son cuestiones que pertenecen exclusivamente al ámbito de la administración interna de la propia universidad. Estamos hablando de un máster de postgrado en el que me matriculé, pagué mi matrícula, cursé mis asignaturas, las aprobé y presenté el trabajo de fin de máster. Esto lo he acreditado ante todos ustedes de manera documental».
Cristina Cifuentes recibió el respaldo público de Rajoy (un beso y un abrazo) en la convención del PP donde también fue arropada por la cúpula del PP.
