Repasamos junto a una restauradora, una vegetariana y un nutricionista cómo es llevar una dieta libre de carne en una ciudad como Salamanca ¿Es posible ser vegetariano en Salamanca y no morir de hambre en el intento?
Cada vez es menos extraño encontrarse en los restaurantes de la ciudad opciones libres de carne en un menú. Puede resultar extraña la opción de un segundo plato que no contenga un producto cárnico en una ciudad cuyos platos típicos llevan carne: el hornazo, la chanfaina o el tostón, pero es cada vez más frecuente.
Precisamente para Sucri, cocinera y una de las dueñas del restaurante Salam, esta cocina típica salmantina fue lo que la llevó a incluir opciones vegetarianas en su restaurante, cuyas recetas se nutren de la cocina árabe. “Es fácil ofrecer a la gente dentro de la cocina típica charra algo alternativo a la carne, una alimentación más mediterránea, fresca y sana”.
El restaurante Salam lleva diecisiete años ofreciendo platos basados en la cocina árabe, donde la presencia de legumbres y verduras es mayor que en la nuestra.
La restauradora hace hincapié en la importancia de usar los buenos productos de huerta que tiene la provincia de Salamanca y asegura que también deben potenciarse en los distintos platos. “No nacimos con la intención de centrarnos en la opción vegetariana, de hecho, desde siempre hemos incluido platos con las dos opciones: con carne y vegetariana”, afirma Sucri, pero reconoce que el aumento de la demanda de la opción vegetariana en la ciudad ha hecho que los clientes resalten este aspecto del Salam de forma más significativa: “Una ciudad cosmopolita como Salamanca debe tener una oferta de cocina mediterránea y vegetariana más amplia y, de hecho, cada vez hay más”.
Para Aila Weng, universitaria residente en Salamanca, que lleva una dieta vegetariana, es evidente hay una tendencia del vegetarianismo y veganismo, y considera que probablemente se deba a la población universitaria, por lo que muchos negocios han aprovechado esta oportunidad. “Muchos locales han optado por dos opciones en el menú, vegetariano y omnívoro, también hay locales exclusivamente vegetarianos y veganos, aunque en menor medida”.
Aila decidió hacerse vegetariana con tan solo 12 años y la opción le vino por una cuestión ética, ya que creció viendo la habitual matanza, y el ver morir a los animales le hizo tomar esta decisión.
Reconoce que el proceso hacia el vegetarianismo fue duro, ya que era muy joven y necesitaba investigar mucho al respecto. Pero de manera gradual fue transformando su alimentación hasta dejar de ingerir carne y pescado.
Weng, insiste en que hay muchos estudios que demuestran que es una dieta muy saludable a nivel cardiovascular, y que aporta otros muchos beneficios a nivel de salud física y mental. También achaca su decisión a una cuestión medioambiental, citando al estudio de la Universidad de Oxford en el año 2014 que afirma que la ganadería causa un gran impacto medioambiental.
“El consumo de la carne roja en occidente y en España es excesivo para el cuerpo y para el medioambiente”, afirma Daniel García, miembro de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (SEDCA), y nutricionista y dietista de la clínica Olive nutrición en Salamanca, que cree que se debería reducir el consumo de carne.
García afirma que la dieta vegetariana es completa y saludable mientras se encuentren los sustitutivos correctos de las proteínas que aportan la carne y el pescado, ya que muchas de estas tienen sustitutivos vegetales.
Por otra parte, el nutricionista advierte sobre la dificultad de llevar una dieta vegana, que, a diferencia de la vegetariana, excluye el consumo de productos como huevos o leche, los cuales son alimentos primordialmente proteicos.
Es un hecho que se puede ser vegetariano en Salamanca y no morir en el intento. La ciudad del Tormes está cada vez más preparada para ampliar su oferta culinaria e incluir opciones vegetarianas en la misma, dejando a un lado a las típicas chichas a base de carne de cerdo, la chanfaina y el tostón, para hacer un hueco a la Mousaka vegetal, las croquetas de boletus o espinacas, y al plato estrella de la cocina española que ha sido, tradicionalmente, vegetariano: la tortilla de patatas.
Texto y fotos: Yeison Alejandro Forero
1 comentario en «Ser vegetariano en Salamanca»
«También achaca su decisión a una cuestión medioambiental, citando al estudio de la Universidad de Oxford en el año 2014 que afirma que la ganadería causa un gran impacto medioambiental.»
Esto es ABSOLUTAMENTE FALSO.
¿Dónde hay más biodiversidad, en una dehesa o en un invernadero de espinacas?
Respetable es que cada uno coma lo que quiera, pero no que se pretenda imponer una nueva ética global esgrimiendo falsedades.
La producción de alimentos vegetales no es más ecológica que la producción de carne. Todo depende del modelo productivo. aliciaatravespantalla.blogspot.com.es/p/ecologia-soberania-alimentaria.html