El resultado final de las obras que el Ayuntamiento de Salamanca ha efectuado para la reparación y rehabilitación de las plazas interiores en el Barrio de San José constituye «una nueva chapuza» por parte del equipo de gobierno municipal.
El PSOE denuncia que la obra, que ha acumulado casi cuatro meses de retraso en cuanto a la fecha prevista para su finalización, presenta numerosas deficiencias a pesar de ser reciente su terminación, tanto de carácter técnico y urbanístico como estético.
Los nuevos acerados y bordillos, además de contar con falta de fijación que ha provocado que muchas de las baldosas estén sueltas y se muevan al pisar sobre ellas, «muestran una imagen deplorable y vergonzosa». Las juntas abiertas y sin rematar, con continuos parcheos fruto de haber utilizado para su confección materiales y pavimentos diferentes, desiguales o provenientes de desechos de obra.
A esto hay que añadir los numerosos desniveles tanto en las aceras como en otras superficies donde se forman profundas balsas de agua en días de lluvia que dificultan, e incluso hacen imposible el tránsito, «convirtiendo estos espacios en intransitables e incluso peligrosos puesto que en algunas zonas han sido recubiertos con una pintura que no es antideslizante y que ha provocado ya la caída y el resbalón de numerosos peatones y viandantes».
Este proyecto de renovación y rehabilitación en el Barrio de San José ha supuesto también la eliminación de una gran cantidad de zonas verdes que han sido sustituidas por otras donde el adoquinado y el cemento predomina «convirtiéndolas en lugares inhóspitos bajo la absurda excusa de mejorar la accesibilidad», cuando, a juicio del grupo municipal socialista, «la accesibilidad no tiene por qué estar reñida con el aumento y la mejora de espacios verdes».
Los socialistas indican que este proyecto viene a confirmar una vez más «la escasa preocupación y el nulo interés que el equipo de gobierno municipal encabezado por Mañueco tiene por los barrios de la capital. Unas obras que además de las múltiples carencias y deficiencias insisten en el modelo urbanístico impuesto por Mañueco en la ciudad y que está extendiendo por toda la capital, y que en el caso de los barrios se hace sin ningún tipo de control, preocupación en cuanto a la forma o el fondo. Grandes espacios descubiertos y despejados donde las zonas verdes son sustituidas por inmensas superficies pavimentadas que los convierten en zonas impersonales y sin vida».