[dropcap]M[/dropcap]uchos fumadores desearían dejar de fumar, pero no pueden hacerlo porque están enganchados a la nicotina. Son rehenes de la industria tabacalera que se queda con su dinero y su salud. Ahora, esta industria está preocupada por las políticas de salud,que están suponiendo una disminución de las ventas de tabaco y la consiguiente pérdida de ingresos, por lo que están modificando sus estrategias de mercado.
Aparentando estar preocupados por la salud de sus clientes, cambian su estrategia a medio plazo y pretender promover el uso del tabaco sin humo, de los cigarrillos electrónicos o tabaco calentado para, a largo plazo,eliminar completamente los cigarrillos con combustión. Mario Masseroli, alto ejecutivo de Philip Morris, es consciente de que el futuro es un mundo sin humo, al menos sin el humo del tabaco, y por ello anuncia el cambio de estrategia.
Sin embargo, ha tenido un lapsus, al declarar que esta nueva variedad de tabaco es menos perjudicial para la salud, lo que lleva implícito el reconocimiento de que las nuevas formas de tabaco son perjudiciales para la salud, algo sobre lo que la Organización Mundial de la Salud viene alertando desde el lanzamiento al mercado de estas nuevas formas de tabaco.
La necesidad de valorar estas nuevas formas de consumo de una forma prudente, para evitar demandas de la propia industria tabaquera, ha llevado a las autoridades sanitarias y a los profesionales a ajustar sus valoraciones con eufemismos como que no está garantizado que sean inocuas, pero estas declaraciones (El Mundo 15/09/2018) reconocen implícitamente que sigue siendo dañino para la salud.
Por eso, si usted desea dejar de fumar porque es consciente que el tabaco es malo para su salud, no caiga en la trampa de cambiarse al cigarrillo electrónico ni a otras formas de tabaco calentado, simplemente plantéese dejar de fumar, y si no lo consigue usted solo, pida ayuda a su médico de atención primaria o a servicios sanitarios especializados a los que su médico puede derivarle. Querer es poder.