Tarde de domingo a eso de las 20.00 horas, un cliente de un bar bebe demasiado y las personas que disfrutan de una tarde de asueto en el establecimiento comprueban que el alborotador está faltando al respeto, hablando alto y que cuando le piden que se tranquilice, amenaza con subir a casa y sacar una escopeta.
Los clientes se asustan y llaman a la Policía. Se personan en la zona varias patrullas de policías y en ese momento, el vecino cumple su amenaza y baja a la calle con la escopeta. Momentos de pánico en el barrio.
Los policías lo acorralan y él portador de la escopeta, dispara. Afortunadamente, no hay heridos, aunque la dirección del tiro iba a directo a uno de los agentes que acudieron a la llamada.
Los policías lo reducen, lo identifican y es detenido.