Emma-Jane Kurtz, una mujer inglesa de 41 años, ha sido detenida por la Policía por haber dejado morir a su madre cubierta de heces en un sofá y sin cambiarla de ropa desde hacía una década. Los hechos se remontan a 2014, cuando el cuerpo de Cecily Kurtz, de 79 años, fue hallado cubierto de excrementos “de pies a cabeza”. El año pasado, su hija fue declarada culpable por negligencia deliberada y condenada a dos años de cárcel.
El juez Ross, encargado del caso, señaló en la sentencia que Emma-Jane Kurtz dejó que su madre, Cecily Kurtz, “se pudriera”. “Le cerró la puerta de la habitación tanto metafórica como literalmente”, afirmó, y aseguró que las fotos del cadáver “parecían imágenes extraídas de un campo de concentración”.
Los paramédicos que levantaron el cuerpo aseguraron que los pantalones de Cecily Kurtz comenzaron a desintegrarse y que su ropa interior, que inicialmente era de color blanco, se había tornado de un “marrón caoba oscuro”. La fallecida estaba rodeada de excrementos y orina, con las manos manchadas, los pies e, incluso, el rostro.
El Juez señaló que “la señora Kurtz se volvió incontinente y estaba cubierta de heces de pies a cabeza, no se había cambiado la ropa durante una década y tenía quemaduras de orina”. Además, la anciana sufría depresión y trastorno obsesivo compulsivo.
Pese a que su hija sufría autismo leve y estaba acudiendo a terapia, Ross concluyó que “hubo muchas oportunidades durante meses y años para que pudiera ir a visitar a su madre”.
Kirsty Allman, fiscal superior de Thames, manifestó que la fallecida estaba “demacrada” (pesaba 39 kg) y que debía haber sufrido “inimaginablemente” debido a encontrarse en “condiciones terriblemente sórdidas”. “Es raro encontrar un caso que involucre una negligencia tan evidente y flagrante contra una mujer vulnerable y anciana, por alguien que supuestamente la ama y cuida de ella”, declaró.
