Opinión

Atraso tecnológico en Sanidad

 

[dropcap]L[/dropcap]os médicos de los hospitales de Castilla y León llevamos mucho tiempo reivindicando una historia clínica electrónica válida que funcione correctamente y nos ayude a ganar tiempo en vez de perderlo, la prescripción electrónica y la receta electrónica. Llevamos tanto tiempo centrados en ello que probablemente hemos perdido el foco y, a veces, los pacientes nos pueden ayudar a recuperarlo.

Esta mañana pasaba consulta en el hospital y mientras hacia la historia de un paciente, con los habituales errores informáticos que suceden a diario, y que han llevado a muchos profesionales a seguir utilizando el papel para no morir en el intento, el familiar de un paciente hizo unos comentarios acerca de cómo estamos. El primero se refería al hecho de que lo mismo le sucedía muchos días a su médico de atención primaria y “el hombre se desespera” aseguró.

A continuación, me refirió que en fechas recientes había ingresado en un hospital público de San Sebastián un familiar suyo, y que aquello parecía Houston. Me refirió que nada más ingresar le colocaron una pulsera con un código de barras y acto seguido llego una enfermera a la cabecera de la cama con una tableta donde podía ver toda la información referida al paciente, incluyendo toda la historia clínica y los cuidados de enfermería, y donde ella introducía también los datos del paciente o de los fármacos que le administraba, previo escaneo del código de barras.

Igual sucedía durante la visita del médico, quien también usaba una tableta para revisar los datos referidos al paciente e introducir otros nuevos que considerase oportuno.

Me llamó la atención que el familiar del paciente resaltase que le parecía incomprensible que hubiera esas diferencias entre los sistemas sanitarios de las distintas comunidades autónomas, a lo que no pude menos que comentarle que estábamos de acuerdo, que a mí también me parece incomprensible.

Un vecino de Miranda de Ebro, en Castilla y León, y otro de Rivaguda, en Euskadi, que están separados por siete kilómetros, tienen una asistencia sanitaria completamente diferente, el primero debe ser atendido por SACyL y el segundo por Osakidetza y como señalaba acertadamente el familiar de mi paciente parecen mundos diferentes.

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