Música en la ciudad: María Cordovilla

Deja sus estudios de Psicología en la Usal para dedicarse a su pasión
María Cordovilla, en la Plaza Mayor.

Salamanca tiene toda una cantera de músicos y músicas emergentes, así como agrupaciones y solistas ya consolidados. Por los distintos escenarios y bares de la ciudad se repiten los conciertos de diferentes artistas residentes y visitantes. Iniciamos Música en la ciudad, con la cantante María Cordovilla.

 

Las casualidades y causalidades hicieron que María Cordovilla Lemus (@mariacordovilla), de 22 años y natural de la localidad pacense de Villafranca de los Barros, dejara de estudiar psicología en la Usal, para volcarse por completo a la música. Ella dice, que dentro de la música, no le hace ascos a nada: organiza una Jam Session en el bar La chica de ayer, tiene un grupo, Valerie’s Trouble, con el que toca Funky y Neo soul, lleva adelante su proyecto en solitario, que dentro de poco dará como fruto su primera grabación, y además saca tiempo para realizar esta entrevista, la primera de Música en la ciudad.

¿Cómo nació tu inquietud musical?

A los ocho años durante unas vacaciones en el pueblo de mi padre, un amigo de la familia que tocaba el acordeón, dijo que yo tenía buen oído, y me puso a tocar el acordeón que era tan grande que no podía sujetarlo. En otra ocasión, regresé al pueblo y me regaló un teclado pequeñito. Entonces ya pasé del teclado al piano, mis padres vieron mi motivación y me apuntaron a una escuela de música. Y hasta ahora.

Y pasas del piano a la guitarra, tu compañera inseparable.

Estuve en una tuna femenina a la vez que en la escuela de música. Allí cantaba y tocaba el laúd. La curiosidad hacia la guitarra siempre estuvo ahí aunque no la tocase. En los campamentos de verano se la pedí un a monitor, y ya empecé a aprender.  A día de hoy no concibo un concierto sin tocar la guitarra. Lo que me falta con la voz lo complemento con la guitarra.

Te empezaste a dar a conocer en esta ciudad sobre todo por tu voz, cantando en los diferentes escenarios…

Al mudarme  a Salamanca necesitaba una motivación extra: y era enseñar lo que hacía, esto se vio incentivado porque veía que aquí había mucha cultura: teatro, poesía, escritores muy buenos, y por supuesto, música en directo. Empecé a frecuentar los conciertos, micros abiertos, las jams… Había música todos los días. Se me abrió un mundo increíble.

Una ciudad con varios espacios para hacer música, pero también con muchos músicos…

Les debo mucho a los músicos de aquí. Muchos de ellos me animaron con su música a enseñar la mí. Probablemente si no les hubiera conocido seguiría tocando en la intimidad de mi habitación como en una burbujita.

Son muchos los  músicos que como tú, se dedican a tocar por los distintos escenarios de la ciudad ¿Qué ventajas e inconvenientes supone que seáis tantos?

Sin duda alguna la principal ventaja es la variedad. Te encuentras fácilmente con el estilo musical que prefieras. No todos hacemos la misma música ni tenemos el mismo estilo. Dentro de tanta variedad, todo el mundo está representado. El inconveniente: la saturación. El viernes pasado fui telonera en un concierto. Ese día había 15 conciertos a la vez. Una cosa es que haya propuestas para todos los públicos, pero otra cosa es que al final no haya público. En el concierto que di había gente, por suerte, pero en otros había muy pocas personas.  Y a mí me da pena que el esfuerzo de un músico, con sus horas de ensayo, el aprendizaje de un repertorio se traduzca en un concierto al que van tres o cuatro personas.  Al final no hay público para tantas propuestas.

Para que haya música en la ciudad, es necesario que existan los diferentes escenarios ¿Hay alguno al que le guardes especial cariño?

Al malabar. Allí asistí a la primera jam en salamanca, di mi primer concierto, Paco es un amor, siempre que voy me siento en casa, y está en el oeste.  He visto a músicos allí con mucho nivel, fue como que el malabar me abrió las puertas hacia la música en esta ciudad.

¿Lo de tocar en la calle qué tal?

Genial, también me gusta mucho. Tengo que reconocer que algunas veces me ha ayudado a llegar a fin de mes. Complementa la inquietud que hay por enseñar lo que haces. El público de la calle es muy agradecido. Cuando la gente pasa y no llamas la atención siguen como si nada, no les molesto ni ellos a mí, o de repente ves a niños bailando tu música y es muy enternecedor.

María Cordovilla, en la Plaza.

Un músico se alimenta de música ¿De quienes te alimentas tú?

Mi ídola máxima es Carmen Boza. Es una diosa. Su manera de componer te muestra la realidad tal como es, no te la pinta de rosa. Me viene a la mente su canción Gran hermano. Y Zahara. Las dos son mis referentes a nivel compositivo. A nivel vocal las cantantes de soul son mi perdición: Etta James, Aretha… en general las voces negras de la música. Tenían un alma, una voz dignas de empaparse y aprender de ellas. Crearon escuela.

Todas ellas mujeres ¿Crees que están tan presentes como ellos en la cultura popular?

No. Es algo que se refleja hasta en esta ciudad. Parece que solo servimos para cantar. En las jams todos son músicos, no hay músicas. Veo muy pocas chicas tocando la guitarra, o cualquier otro instrumento. Yo me siento orgullosa por el hecho de organizar una jam. Creo que soy la única que lo hago. Me gustaría ver más mujeres tocando y haciendo música. Estamos ahí, pero no se nos ve a todas. Tenemos talento de sobra para llevar jams, tocar instrumentos, hacer grupos de chicas.

Entonces ¿Qué es lo que falla?

La costumbre y la tradición. Nadie nos intenta ocultar, pero de alguna manera se hace. No somos conscientes. Seguro que más de uno se extrañaría si me ve tocando la guitarra en una formación, saliéndome del papel de la chica cantante, y los músicos. Muchos tienen la idea fijada de que las chicas son solo cantantes porque son monas y tienen presencia delante de micro. Aquí hay muchas chicas que tocan muy bien, pero no se atreven a hacerlo delante del público.

¿Se puede decir que la ciudad de Salamanca es buen sitio para hacer música?

Sí. Tienes muchas oportunidades para hacerlo. Sí que es cierto que en la calle no tanto, las leyes no te lo permiten mucho por la amplificación del sonido, pero bueno, si tienes una buena voz y una guitarra puedes hacerlo.

Vamos a terminar con un sueño, un deseo. ¿Qué le pides a la música?

Me encantaría grabar un disco y que llegue a la gente. Subirme a un escenario y que el público se sepa mis canciones. No pido más. Que lo que hago realmente llegue a la gente.

Podéis coincidir con María Cordovilla, en algún concierto de Valerie’s Trouble, la jam del bar la chica de ayer, y en muchos otros escenarios de Salamanca. Ella  es una de las voces que hace música en la ciudad.

Texto y foto: Yeison Alejandro Forero

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