[dropcap]L[/dropcap]evantarse con restos del cansancio que toda una noche de sueño no ha sido capaz de aliviar. Un café con leche tibia en una preciosa taza que hace que todo sepa más rico. Enviar un motivado correo lleno de buenas noticias y mejores intenciones y recibir inmediata respuesta de un tal Mail Delivery Subsystem. Glub…
– Tu mensaje no se ha entregado a copisteria@copisteria.eu porque no se ha encontrado el dominio copistería.eu. Comprueba que no haya erratas ni espacios innecesarios y vuelve a intentarlo – Fin de la cita. Glub… Suficiente con una mínima búsqueda sin separar la vista del teléfono para comprobar que no han dejado rastro. Se han ido. Sabían que se iban a ir. Llevaban lo tuyo en su cartera y no tuvieron tiempo de hacértelo llegar. Resiliencia On.
¿Cuántas asociaciones de afectados por perversas decisiones son necesarias para que los perversos sencillamente se extingan? Quizá necesitemos deshacernos de las panderetas y exigir violines y pianos, se entiendan sinceras mis disculpas a las panderetas por supuesto.
Casi me ofende interrumpir la costumbre de invitarte a pensar, de invitar a pensarte con esta especie de carta abierta contenedora de simples ganas de soltar por estos dedos. Casi me ofende porque a pesar de ser algo muy importante para mí es objetivamente muy pequeño en comparación con la cantidad y calidad de muchos de los bandidos gestos que cualquiera puede observar a diario.
Solo es mucho si no has probado el aceite de colza, si no te fiaste cuando la abeja dijo “ya te pagaré”, si no compraste sellos para ahorrar, si no te has quedado a la puerta de una oficina o a pie de aeropuerto con tu billete comprado en una de aquellas que tenía aquel gran hombre de empresa en el que todo el mundo confiaba, si no has navegado con el capitán de los palitos de merluza. Por ejemplo.
Solo es algo si no has tenido que pagar por hacer una entrevista para optar a la mierda de trabajo de tus sueños, si has ignorado al tipo que reside en África y necesita urgentemente ingresarte millones de euros legales en tu cuenta por no sé qué movida para que luego se lo devuelvas a cambio de una suculenta comisión sin hacer nada. Por ejemplo.
Podría ser un poco si solo delinquieran los hijos de familias desestructuradas, poseedores de navajas automáticas y antifaz de comic. Una pizca de no ser por el Conde y el bizco. Sería muchísimo, pero no donde se rinde diaria pleitesía al Lazarillo, a Rinconete y a Cortadillo. Lo de las cremas es lo de menos.
Como casi me ofende, le encontré una vuelta. El truhan coge la sal, pero no puede llevarse las ganas. No las ganas, las únicas baterías de energía renovable inagotable. Son las ganas con lo que ganas. ¿Sabes qué es eso que dicen por ahí de la motivación? Se resume en tener ganas, en hacer las cosas con ganas. No es la sal, es azúcar.
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