Aceinsa lleva trabajando en el Ayuntamiento de Salamanca desde 2010, justo un año antes de que Alfonso Fernández Mañueco fuera elegido alcalde, «pero ya estaba designado como sucesor de Julián Lanzarote», apuntan desde Ganemos Salamanca que denuncian un nuevo «trato de favor» a la empresa Aceinsa con relación a las otras empresas que acuden a los concursos municipales
Ganemos denuncia una serie de indicios que ponen de relieve el trato de favor del alcalde de Salamanca, Alfonso Fernández Mañueco; los dos tenientes de alcalde, Fernando Rodríguez y Carlos García Carbayo; y el Jefe de la Policía Local, José Manuel Fernández hacia la concesionaria Aceinsa.
La formación granate recordó que el contrato que existe con Aceinsa se encuentra prorrogado de forma ilegal desde 2015, y que en estos momentos está el caso en los Tribunales. La querella, admitida a trámite por el Juzgado de lo Penal, se fundamenta también en estos indicios que, presuntamente, demuestran que el contrato de señalización horizontal y vertical fue adjudicado a Aceinsa “de forma premeditada” por parte del equipo de Gobierno del PP.
Ganemos ha explicado de manera detallada los antecedentes sobre cómo la empresa logra acceder al contrato millonario que actualmente mantiene.
Así, por fechas:
- 2010: Este año es cuando Aceinsa tiene su primera ‘aparición’. Un año antes de las elecciones de 2011, pero cuando el alcalde Mañueco ya sabe que va a ser el candidato del PP a la Alcaldía, se firma el primer contrato, en concreto el de ‘suministro e instalación de placas de vado para el Ayuntamiento’, adjudicado el 18 de abril de 2010 por un plazo de 10 años.
- 2011. Se firma el primer gran contrato, el de señalización de las vías públicas y eventos. Tras esta operación de pequeño importe llega “el primer gran contrato, de la mano del PP, con el alcalde de director de la orquesta”, es decir, el de ‘señalización de las vías públicas y eventos’, por importe 1 millón de euros al año. En esta adjudicación, los pliegos y la licitación ponen de manifiesto que la empresa elegida sería la que los criterios subjetivos y, por lo tanto, variables, decidieran.
Poco igualitario
Gabriel Risco, concejal de Ganemos Salamanca, explica que el proceso que se lleva a cabo para otorgar el concurso tiene apariencia de que la adjudicación se realizaba siguiendo criterios objetivos y, por lo tanto, con aparente igualdad de trato. “Pero eso es falso”, denuncia Risco, quien insiste en que el proceso benefició a Aceinsa en todo momento.
Para la formación Granate, el PP utiliza un sistema que neutraliza los criterios objetivos, de manera que estos pierden su importancia, pues to
das las empresas reciben la misma puntuación al respecto. Es así como se realiza una evaluación que puntúa sólo los criterios subjetivos, valorados incluso sabiendo en cada momento de qué empresa se trata.
Esta forma de selección pone un tope a la valoración de las bajas económicas (criterios objetivos), lo que hace que todos los licitadores oferten el máximo de baja (esta baja se aplica en el precio de la adjudicación). Así, todas las empresas candidatas obtienen la máxima puntuación en los criterios objetivos, con lo que “ya está neutralizado el efecto de la licitación objetiva”, explica Ganemos.
Lo mismo que sucede con las bajas ocurre también con las mejoras, pues prácticamente todos (13 de 16 licitadores) adaptan su oferta para llegar a la máxima puntuación en este aspecto.
Por otra parte, Ganemos Salamanca recuerda que el siguiente gran contrato que el equipo de Gobierno del PP concede a Aceinsa, el de alumbrado público, es otorgado incluso teniendo en contra todos los informes, y también sin que Mesa de Contratación esté de acuerdo. Dicho contrato ha sido anulado por el TSJ (Tribunal Superior de Justicia) de Castilla y León y está pendiente de un recurso de casación ante el Tribunal Supremo.
A los concejales de Ganemos les gustaría que la adjudicación de los contratos fuera «a ciegas», que los funcionarios que tienen que valorar las propuestas de las empresas, solo tuvieran en cuenta lo que exponen en los proyectos y que una vez elegido el mejor para la ciudad, se diera a conocer el nombre de la empresa. «Pero, esto no es así en el Ayuntamiento de Salamanca», concluyen.